jueves, 26 de mayo de 2011

MONSEÑOR CIPRIANI Y VARGAS LLOSA: EL DIABLO EN CAMPAÑA, NUEVAMENTE




En la edición correspondiente al día Lunes 25 de Abril del presente año, los periódicos Peru21 y diario16 consignan declaraciones de Monseñor Juan Luis Cipriani durante su homilía en la misa por Pascua de Resurrección, las cuales hacen referencia al proceso electoral en curso.

Según los referidos medios el cardenal expresó:

“Sufro cuando se pretende envolver en pergamino de cultura un aparente maltrato a la gran calidad del pueblo peruano. Por respeto a la homilía no bajo a más detalles. Pero hermanos, la fe católica, la cultura de nuestro pueblo y la libertad de la que gozan los ciudadanos exigen el respeto, por más altura que se haya logrado en un aspecto de la cultura”. Luego, agregó que “No pensé jamás en ser maltratado de esa manera por quien se presenta como el hombre de la cultura”

Si Vargas Llosa decide expresar su posición frente a alguno de los candidatos, es problema exclusivo de él y como tal, el cardenal también tiene el derecho de expresar su opinión. Sin embargo, no es dable mezclar una opinión política con el ámbito religioso, toda vez que según es público y notorio, Vargas Llosa no ha expresado en la actual coyuntura opinión alguna respecto a la religión que profesa el pueblo peruano. No se entiende el porqué la expresión de una opción política puede lesionar o afectar a la fe católica o la cultura de nuestro pueblo en la medida en que Vargas Llosa en ningún momento está iniciando una cruzada contra la Iglesia católica y ni siquiera ha mencionado al cardenal en el debate político que suscita ¿Porqué al cardenal le da tanto resquemor las declaraciones de Vargas Llosa? Pero, tratando de establecer un paralelo, podríamos interrogarnos: cuando se dieron las terribles masacres de policías y pobladores en la denominada “Curva del diablo” ¿Acaso el cardenal salió a expresar su tristeza por el maltrato a la vida de todos los fallecidos?

¿Expresar que para un elector como lo es Vargas Llosa uno de los candidatos es un mal menor y que por tanto votará por él, constituye un maltrato al pueblo peruano? Las palabras del cardenal revelan además que él ha descubierto algo que los demás no alcanzan a entender: que Vargas Llosa está intentando manipular a la opinión pública. Sin embargo, el cardenal Cipriani está incurriendo en aquello que pretende imputar a Vargas Llosa, esto es, un intento de manipulación de las conciencias, en la medida en que puede afirmarse que el cardenal está usando la religión como pretexto para inducir subliminalmente en los creyentes una sensación de rechazo hacia quien cuestiona a una candidata que justamente, estaba presente en la homilía del cardenal.

Recordemos que  aunque el cardenal Cipriani mientras estuvo en Ayacucho demostró el  valor y la entereza de un buen cristiano, sin embargo, no es menos cierto que cuando hacía falta una declaración frente a la podredumbre del fujimorato, él, como otros tantos, desvió la mirada. ¿Al cardenal no le gusta hacer uso de la homilía para reprochar a una electa congresista que pretende amenazar al juez que condenó a Fujimori, no le parece adecuado expresar su rechazo hacia quien ya anuncia que usará el poder político para perseguir a un hombre por el solo hecho de ejercer la función de administrar justicia?

No olvidemos que cuando Alberto Fujimori alcanzó el poder, fue con el apoyo de las congregaciones evangélicas y los pastores de dichas confesiones fueron eficaces propagandistas. Por tanto, la confluencia de la política y la religión no es nueva ni reprochable. Lo que sí es preocupante es que la máxima autoridad de la Iglesia peruana intente descalificar sibilinamente a un buen hombre que simplemente manifiesta su rechazo, sumándose al coro que intenta desacreditar a un buen peruano que solo expresa su opinión política, sin más.

Resulta curiosa la actitud de Monseñor Cipriani, por decir lo menos. En vez de aprovechar la homilía para destacar la necesidad de hacer prevalecer la verdad en la política en momentos en que el país se apresta a elegir entre dos candidatos que despiertan razonables dudas respecto a la verdad de sus promesas, él elige referirse no a alguno de los candidatos, sino a alguien que, como Vargas Llosa, no será parte del gobierno a ser elegido y de quien por tanto menos se espera o se identifica con alguna señal de amenaza a la verdad, la transparencia y el decoro en la gestión pública. ¿Acaso al cardenal como buen cristiano que es no se le ocurre destacar que como es un hecho históricamente comprobado, Vargas Llosa dijo la verdad y por ello perdió las elecciones y que Fujimori alcanzó la presidencia apelando a la mentira? ¿A Monseñor no se le ocurre dar una homilía para hablar de la mentira en la política? ¿A monseñor no le duele que los derechos fundamentales sean solo papel para una gran parte de la población peruana?

En fin, parece que la política enciende pasiones que se juegan sus cartas no solamente en el mundanal ruido de las elecciones, sino también intentan llevar el debate hacia un espacio donde únicamente deben residir los arcángeles, serafines, querubes y demás seres que pueblan el celestial reino, lugar adonde deben arribar aquellos peruanos que antes de ser electores, son simplemente personas de buen corazón buscando para su país un mejor destino.

Ustedes, peruanos que en pleno ejercicio a su libertad de opinión y de conciencia elegirán a quien consideren el mejor o el mal menor, según su percepción ¿Creen que el diablo está en campaña en el actual proceso electoral? De ser afirmativa su respuesta ¿Con cual de los personajes citados considera Ud. que el diablo se sentiría contento?

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