lunes, 30 de mayo de 2011

PRENSA, SECTOR MEDIO Y LAS ELECCIONES ¿QUÉ SOMOS Y QUÉ QUEREMOS SER?

Víctor Manuel Castillo Sánchez

En el actual proceso electoral el gran capital y la gran prensa están usufructuando un rol que no les corresponde. En la base de dicho problema encontramos que al no llegar ninguno de los partidos demócratas que representaban al sector medio de la Sociedad peruana a la segunda ronda electoral, en la definición del proceso electoral se está empujando y sometiendo a dicho sector y al conjunto de la sociedad a una contaminación de lo que es una sana perspectiva de debate y defensa de sus intereses.

De ahí que el problema actual es que una de las vertientes autoritarias, con el apoyo de quienes en su momento se adhirieron desaladamente en la década nefasta a la dictadura, está nuevamente empeñada en emponzoñar la conciencia nacional, está en una labor de sabotaje del espacio público en el escenario mediático, con una machacona insistencia que debiera merecer mejor causa.

Justamente cuando el mundo ha comprobado que el origen de las crisis económica actual ha tenido su origen en la carencia de control sobre el capital financiero, cuyos principales directivos incurrieron en prácticas delictivas y corruptas y cuyo costo ha sido asumido por los Estados, resulta torpe el sostener que el gran capital financiero no debe ser objeto de control alguno.

Los medios de comunicación están reduciendo el espacio de lo público hasta sedimentarlo en un conjunto de propuestas y proposiciones reductibles en última instancia a la defensa de una dimensión económica, pero no entendida como la distribución de los bienes, la eficacia en la generación de riqueza y participación de todos los ciudadanos en el PBI, sino simplemente en la perspectiva según la cual son la Bolsa de valores de lima, el capital financiero y los intereses del capital minero los que deben decidir el resultado del proceso electoral.

Se presenta a los intereses mencionados como el eje radical, la esencial alrededor de la cual deben consagrarse las fórmulas y medios políticos que van a ser definitorios. Sin embargo, es otro el tipo de cuestiones las que son realmente importantes en todo debate político, esto es: ¿Cuál es el tipo de Nación que queremos construir? ¿Cuál el tipo de Estado? ¿Cuáles son las demandas y sectores que deben ser recognoscibles y tutelables? ¿Cómo se debe aprovechar y fomentar el desarrollo para consolidar la ciudadanía?

Se argumenta idiotamente –si no creen, lean el diario “Correo”- que un ciudadano debe votar según el valor del dólar y el índice de la bolsa de valores de Lima, como si las demandas, problemas y necesidades de la población peruana fueran solucionados en dichos escenarios y tomando en cuenta exclusivamente dichos indicadores.

Ahora bien, sí existe un sector social que tiene un alto Standard de vida y que ve con simpatía y cercanía lo que ocurre en la bolsa de valores, en el capital financiero y minero y es consumidor de los productos de la gran prensa, pero justamente dicho sector también está siendo agredido, puesto que se lo cosifica como objetos portadores de relevancia sólo en tanto tenedores de títulos y acciones. Un individuo no es únicamente un tenedor de acciones, de bonos y títulos, también en los mismos se pone una expectativa en un futuro, el cual nunca se da en un islote de individualismo sino en concurrencia con quienes también forman parte de la sociedad peruana.

Es así que el sector medio y alto debe contentarse con exigir estabilidad económica y democracia, dos ejes que representaban muy bien cualquiera de sus candidatos perdedores. Pero, el manejo económico en sí no agota la perspectiva de lo que constituye un gobierno ni un proyecto de país, porque ello es sólo una dimensión instrumental de algo más vasto que es la forma como se construye una nación, un país y como se convive en medio de nuestra multidiversidad.

Los medios –mejor dicho, el gran capital que los detenta e instrumentaliza- están intentando implantar en la conciencia nacional la idea bastarda de que son los ya mencionados intereses los que deben primar en la mente del elector al momento de decidir.  ¿Una sociedad democrática merece ello? ¿La ciudadanía no es depreciada cuando el debate se reduce al azuzamiento de algo que es muy próximo a la ruindad de un egoísmo insano?

Está fuera de toda duda que la democracia debe defender condiciones de vida dignas para la población y está fuera de toda duda que debemos proteger las inversiones y ofrecer condiciones óptimas para el capital extranjero, el cual jamás debe ser satanizado como ocurrió en el nefasto primer gobierno aprista. Pero existe un abismo de distancia entre ello y la obsecuencia y entreguismo lindante con la venalidad que vemos en la actualidad. Organismos reguladores cuyos funcionarios sólo esperan la jugosa oferta de los supuestos “supervisados”, legisladores y funcionarios haciendo lobbies a favor de los intereses de grupos de presión que además, ahora financian candidaturas parlamentarias mediante ONGs supuestamente comprometidas con la democracia.

Por tanto, el hacer prevalecer los intereses de la totalidad de la nación peruana, no debe, no puede pasar por el bastardo discurso que se quiere implantar en la conciencia ciudadana.

El gran capital y la gran prensa ven en la actual coyuntura la oportunidad de efectuar un segamiento anticipado del legítimo derecho de todo gobierno de atender a las demandas de la población, poniendo en marcha facultades inherentes a su dimensión de organización política de la Nación. Dicha perspectiva es funcional a intereses que pretenden no la desaparición del Estado burocrático y controlista –al cual todos detestamos-, sino del Estado en su dimensión de supervisor y garante de los intereses y derechos de sus ciudadanos.

Se pretende endiosar a las AFPs, capital minero y al capital financiero, cuando finalmente, hay un hecho concluyente: toda persona natural y jurídica, nacional o extranjera está sujeta a la ley, ni más ni menos como cualquier hijo de vecino y una Nación no tiene que tolerar el que se pretenda imponer como baremo o requisito decisorio la no exigencia de algo que en otros contextos resulta normal, incuestionable y cotidiano. Si no, vean los casos de Chile, Israel, Estados Unidos e Inglaterra y preguntémonos si la adopción de medidas como las que se proponen por una de las corrientes finalistas en los países mencionados son calificadas como “retrógradas”, “antieconómicas” o “intervencionistas”, tal como aquí se las moteja.      

En suma, hay una distancia entre lo que representaba la democracia en sus candidatos vencidos, y la versión que se quiere imponer desaladamente con un voto ya enturbiado por la maquinaria mediática que pretende avasallar toda objeción a un modelo y a un Estado que ha sido incapaz de otorgar ciudadanía a amplios sectores de la población, volviéndolos extraños en su propio suelo y a otros obligándolos a expatriarse.

sábado, 28 de mayo de 2011

VARGAS LLOSA Y EL DERECHO A OPINAR


Entre un escritor que intenta esconder que la última y verdadera causa de su alejamiento del país es la llegada del premio Nóbel -cuya bien ganada fama y reconocimiento lo colocan a la sombra-, y el ilustre arequipeño, auténtica gloria viva de la Patria peruana, pues está claro que la opinión pública no puede dudar mucho.
Mientras Baily señalaba abiertamente que él indultaría al papá de Keiko, Varga Llosa sin dudas ni ambages señala que se trata de “la hija de un dictador y ladrón”.
 
A propósito de las expresiones de MVLL, Aldo Mariátegui intenta hacernos ver que le haríamos un “daño” a Vargas Llosa si es que empezamos a santificarlo. Obviamente, el sentido y dirección no confesados de tan aquilatada y delicada inquietud es: si Vargas Llosa quiere pontificar sobre valores en política, no debemos prestarle tanta atención. Claro está que pretende poner el parche señalando que no se refiere a las críticas que hizo MVLL a la candidatura de Keiko.

Sin embargo, nosotros estamos en el deber de señalar que Aldo Mariátegui peca de exquisito: entre la expresión de un legítimo asco frente a la podredumbre moral que todavía intenta pervivir en la política y entre las declaraciones falaces del talentoso escritor Jaime Bayli, Aldo Mariátegui indudablemente está más presto a fijarse en la paja en el ojo ajeno y no en la viga de su amigo actualmente residente en Miami.
En realidad, la verdadera razón es otra: Bayli en su programa cultivó el espíritu de chacota y hábilmente desenterró la vena histriónica y cínica que tiene la política peruana para usarla como un insumo más en su programa, y en pleno festival televisivo no dudaba en pasar por agua tibia aquellos personajes, ideas y propuestas que notoriamente son contrarios al Estado Democrático de Derecho y a los valores que dicha forma política presupone y encarna. En cambio, cuando el escritor que es Vargas Llosa expresa como cualquier persona su opción frente a un pasaje de la historia, a Aldo Mariátegui le inquieta que la prensa y sociedad en general le hagan caso o tomen muy en serio sus palabras. Mientras que en una editorial el buen director de tabloide que es Aldo Mariátegui expresaba “Me rindo frente al monstruo que es Bayli”, al constatar la influencia que éste ejercía en la política, en cambio, cuando advierte las primeras señales que indican que nuestra prensa y Sociedad van camino a encontrar o redescubrir un referente tan necesario para la construcción de una identidad social, cultural y política, pues manifiesta delicadamente su sensibilidad respecto a que Vargas Llosa: “tampoco es Moisés dirigiéndose a los israelitas”, expresa.
Listo.

Entre un payaso talentoso y un premio Nóbel, Aldo Mariátegui piensa respecto a Bayli que “a los amigos hay que tomarlos como vienen”, aceptando los dardos que recibía de aquél, y en cambio reserva para alguien que artística, intelectual y moralmente es infinitamente superior al exiliado en Miami, encubiertas objeciones que reflejan el temor respecto a que la talla mundial y el prestigio que ha adquirido Vargas Llosa puedan jugar en el escenario electoral un rol decisorio, tal cual lo hizo Bayli en el proceso electoral, pero en este caso de un modo ostensiblemente mucho más honesto, leal y transparente.

Obviamente, los fujimoristas dirán que el Nóbel aun “sangra por la herida”. Sin embargo, el pueblo peruano no debe olvidar que precisamente, Vargas Llosa demostró que sí fue capaz de perder la elección por decir la verdad. Fujimori logró la victoria por una mentira e hizo de ella la piedra angular de su gobierno y la elevó a paradigma de la política, poniendo al servicio de ella el poder del Estado. No olvidemos que fueron los fujimoristas quienes pretendieron quitarle la nacionalidad al único Nóbel que tiene el Perú –y que tal como están las cosas, muy probablemente puede ser el único, por el calamitoso estado de la ¿Educación? peruana.
Lo curioso del caso es que a la clase política peruana no le queda otro camino que inclinarse hipócritamente hacia alguien del cual están a años-luz de distancia. Obviamente, nuestros políticos son hábiles en ensalzar y lisonjear a quien más tarde o mañana le reservan el puñal por la espalda.

Pero, un escritor por más reconocimientos que tenga, a fin de cuentas no es sino un ciudadano, y no es culpa de Vargas Llosa si los politicastros y la prensa comienzan a construir una efigie para vivir mejor a su sombra. Lo importante es que sí hay un impacto positivo y que dicha coyuntura debe ser usada por el escritor para reclamar al Estado aquello que ha postergado: una auténtica política cultural ¿Es que acaso un premio sólo sirve para ser ostentado?

Resulta contradictorio que Aldo Mariátegui recuerde las imperecederas palabras del autor de “archipiélago Gulag” y de una forma soterrada y velada intente de antemano anticipar una queja por una mala actitud de la prensa en endiosar a alguien a quien le pueden empalagar las mieles de los elogios desmedidos.

El verdadero asunto no es lo que la prensa diga de Vargas Llosa. El verdadero tema es si un escritor puede usar su propio prestigio para hacerse de una tribuna y ser oído respecto a lo que él considera que es una idea de Patria. En tanto ciudadano con capacidad de elegir y ser elegido, Vargas Llosa tiene el perfecto derecho de expresar sus opiniones sin cuidarse de si las mismas gustarán o no al electorado. No olvidemos que siempre los hombres de talento tendrán detractores, y por supuesto seguidores y si de cualquier modo van a criticarlo, pues entonces que exprese su opinión como mejor le plazca.

¿Es que acaso pensaron en la ciudadanía quienes dijeron que las víctimas de La Cantuta se autosecuestraron? ¿Pensaron en la entereza moral aquellos que dijeron que “ofrecían a Fujimori al mundo”, para justificar su postulación al senado japonés como una forma de evadir a la acción de la justicia? ¿Quiénes decían “A Toledo hay que dinamitarlo desde dentro”? ¿Quiénes argumentan que las grabaciones de sus actos ilícitos son actos que violan la privacidad, como si la protección que el Derecho acuerda a dicho ámbito puede ser instrumentalizada para cometer ilícitos y lesionar derechos? ¿Aquellos que se llenaron la boca diciendo que nuestros soldados se merecían lo mejor al mismo tiempo que se negaron a mejorar el trato a quienes son vistos como carne de cañón y maltratados por malos superiores y que hoy pretenden reclamar un voto de confianza ciudadana?

¿Porqué entonces tendríamos que deslizar ladinamente la idea de no prestar atención a lo que tenga que decir un escritor, ahijado transitorio de la Gloria? En derecho existe un aforismo: “Ad maioris ad minus” (“Quien puede lo más, puede lo menos”) Según lo que indica dicho aforismo, cualquier ciudadano si tiene reconocida la capacidad de elegir y ser elegido, al poder lo más con mucha mayor propiedad tiene reconocido lo menos, esto es, su derecho a emitir opinión sobre cualquier asunto que se le ocurra, sin tener que pedir permiso ni dar explicaciones a nadie. Así, Vargas Llosa únicamente tiene que pedir permiso a su conciencia, y punto.

Si nuestra prensa y Sociedad son tan adictas a los oropeles y en ensalzar a falsos talentos y elegir a politicastros ¿Porqué pretender limitar la expresión de un auténtico sentimiento a alguien que ha brindado al Perú un orgullo auténtico?
Por tanto, el problema no es si un escritor es o no infalible, pues nadie lo es.
El verdadero problema es si la Sociedad peruana es capaz de asumir con plena conciencia un debate moral respecto al tipo de Sociedad y de Estado que queremos. En dicha necesidad, son bienvenidas las opiniones de todos –incluidos los hijos bastardos de la década infame-.
 
Lo que no podemos hacer es de forma abierta o ladina, intentar limitar el impacto que justamente se ha ganado un peruano. Hagamos debate, discutamos, elijamos. Pero no aceptemos que se pretenda señalar como un defecto o prurito el querer hacer de un personaje, un emblema. En un país donde se ha puesto de moda hacer miniseries de personajes putañeros, delictivos y arrabaleros, ¿Porqué la sociedad peruana no tendría el derecho de tratar de incorporar como un elemento de socialibilidad y referente a la vida, dichos y obra de un gran peruano?




PORQUÉ EL VOTO APRISTA NO PUEDE IR HACIA EL FUJIMORISMO


El partido aprista, los militantes apristas no pueden constituirse en parte del caudal electoral con que el fujimorismo pretenda el regreso al poder. En ello confluyen las siguientes consideraciones:


1.- El Apra insurgió como un explícito movimiento que cambió la historia del Perú. El Apra inició y consolidó las corrientes que hicieron posible por vez primera la participación de las masas populares en la política, ámbito que hasta entonces era detentado por la oligarquía en una sociedad excluyente. Es así que la democracia y el concepto de ciudadanía tienen en el Apra un hito importante. Justamente, el fujimorismo sí ha representado para amplios sectores poblacionales la reclamada presencia estatal, pero no ha otorgado ciudadanía. El fujimorismo es un fenómeno de encanallamiento político en tanto se forma alrededor de una costra de demandas permanentemente insatisfechas, pero siempre a disposición como un previsible caudal electoral.

2.- Desde que fueran formulados los originales 5 puntos del programa aprista, el denominado “partido del pueblo” consolidó un programa, una doctrina y una educación políticas, configurando una auténtica maquinaria política, con líderes, cuadros, militantes, seguidores y adherentes. El fujimorismo en cambio, no es comparable en términos políticos al aprismo en tanto ideología. El fujimorismo no tiene ideología, no tiene cuadros, ni doctrina, no hace un mínimo intento de esbozar una interpretación de la historia del Perú ni de sus demandas futuras, y ello es explicable pues representa la máxima expresión de un lumpen político ávido del presupuesto nacional y de las gollerías que el poder otorga.

3.- El Apra surgió luchando contra las dictaduras ¿Va a traicionar ese legado aupándose al carro del fujimorismo? ¿Porqué tendría un aprista que votar por un fujimorista? ¿Qué de común puede existir entre alguien formado en la formidable escuela política que es el aprismo con quienes representan todo lo contrario y con los cuales ni siquiera existe la afinidad del espectro político izquierdista? Lo peor que pueden hacer los dirigentes del Apra es vincular al partido que fundara Haya de la Torre con la cloaca, lo cual sería un auténtico contubernio. El fujimorismo se encuentra en las antípodas del aprismo y éste no puede desoír el mandato proveniente desde las raíces mismas de su historia y que se remontan a la denominada “época auroral”.

4.- El Apra puede perder una elección pero jamás puede caer en el oprobio de apoyar a quien enfrentaron en las jornadas de los 4 suyos. ¿Es que acaso la naturaleza nefasta a la cual enfrentaron ha cambiado o mutado de esencia? ¿O es que la convivencia con el fujimorismo en el Congreso ha inmunizado a los apristas al asco que siente un auténtico político por la peor expresión de venalidad, corrupción, cobardía y autoritarismo?

5.- Como esta elección se va a definir en una cuestión de principios, el apoyo aprista a Keiko significaría que públicamente el Apra suscribe que Keiko Fujimori representa un mejor futuro, con dignidad, transparencia, respeto a la división de poderes, lucha contra la corrupción. O sea, francamente, es cosa de risa eso de creer que lo que ayer se combatía con decisión hoy es visto como una alternativa frente a un discurso con ingredientes del pasado, claro, pero que desde la perspectiva histórica, es más cercano al aprismo que al fujimorismo.

6.- El partido aprista ha conocido la peor derrota de su historia, por tanto, un apoyo a Keiko Fujimori, terminaría por destruir la poca dignidad y valía que le queda. Un apoyo a Keiko haría aparecer al Apra como un partido oportunista que otorga su ayuda con la única finalidad de consolidar una alianza, con objetivos desconocidos o en todo caso, desconcertantes.

7.- Entre los personajes que han sido convocados por ambas fuerzas políticas el Aprismo puede perfectamente convivir con los rezagos izquierdistas tal cual ocurrió cuando alcanzó por primera vez la presidencia. Pero un partido debilitado, anémico tal como se encuentra actualmente ¿puede acaso solicitar el mendrugo de un trato benigno y preferente frente a un fujimorismo rampante?

8.- Incluso tratándose de una negociación política, el fujimorismo no tiene nada que ofrecerle al partido aprista.

9.- El partido aprista tiene una gran historia, una gesta construida con los ilustres nombres de Luis Negreiros, Manuel Arévalo, el Cachorro Seoane, el Búfalo Barreto y la pléyade de hombres del pueblo inspirados por la mística de un Perú mejor y que no dudaron en enfrentar con decisión a las dictaduras que en aquella época en verdad eran los perros guardianes de la oligarquía. Durante la década infame el partido aprista fue protagonista de la lucha por la recuperación de la democracia y de modo incomprensible el Apra como gobierno permitió al fujimorismo alcanzar muchos de sus notorios objetivos, con el previsible norte de buscar la impunidad del delincuente mayor y sus secuaces.

10.- Cada militante aprista por tanto, debe evocar su personal historia y jamás olvidar la gesta de aquellos hombres sencillos, hijos del pueblo que al influjo de la vocación y ejemplo de Haya de la Torre, un día decidieron ponerse de pie frente a quienes les negaban ciudadanía, y tomaron –literalmente- su destino como pueblo y dieron al Perú el imperecedero ejemplo que cuando un pueblo se levanta en pos de sus derechos, el camino iniciado ya no puede cesar jamás. En las actuales circunstancias ¿Cuál de las dos candidaturas es la más lejana a ese proyecto primigenio de construir ciudadanía?







viernes, 27 de mayo de 2011

LA ACTUACIÓN DEL JUEZ CÉSAR SAN MARTÍN CASTRO

La ya no tan reciente elección de César San Martín Castro como presidente del Poder Judicial, fue petardeada por una alianza que rememora las maniobras de la década infame. El que dicho intento haya sido finalmente inútil, no nos debe llevar a la modorra y a creer que sus autores deben ser olvidados. Por el contrario, es conveniente aportar al debate porque así lo demanda la ciudadanía en su derecho de conocer la verdad.

En principio, el ataque a la sentencia, no ha provenido de algún jurista de renombre: sólo se ha tratado del graznido del socio del estudio jurídico que defiende a la mafia, encaramado en presidencia de la Comisión de Justicia con la complicidad de las demás fuerzas políticas y la caja de resonancia que le ha prestado el diario Correo. Se trata de una campaña política, orquestada por los principales interesados en revertir la historia. Pero, debemos señalar que si los enemigos de la democracia pretenden desde el ámbito político, jurídico y periodístico asestar un golpe, ha hecho muy bien César San Martín Castro en salir con decisión a defender sus fueros. Una figura como César San Martín como presidente del Poder Judicial durante dos años, es un importante escollo para todo intento de otorgarle algún status beneficioso al reo de DIROES.

Un poder Judicial bajo el liderazgo de César San Martín no tolerará que los fueros del Poder Judicial sean limitados por los contubernios que promoverán los herederos de la década infame. Sin embargo, ello demanda que las fuerzas políticas que enfrentaron al Fujimorismo, tomen las riendas de un proyecto político que sea contestatario en lo esencial: es decir, la construcción de una práctica política alrededor de ejes tales como el respeto a la libertad de expresión, los derechos humanos y el combate de la corrupción. En tales roles el Poder Judicial tiene un papel de primera importancia.

Esencialmente son dos las críticas que se le imputan a César San Martín Castro: la violación a los principios de independencia e imparcialidad, y por ello creo pertinente efectuar un modesto aporte de consideraciones que al respecto, deben ser expuestas:

Lo esencial de la independencia judicial, esto es, su razón de ser y finalidad no es otra que impedir que la voluntad del juez sea objeto de presión o sufra alteración por efecto de una intervención o presión de algún poder o esfera ajena a lo jurisdiccional. Ello es de capital importancia, dado que se trata de la preservación de los derechos de los justiciables.

Concretamente, el principio de independencia judicial exige que el magistrado se oponga a toda injerencia indebida de autoridades y/o funcionarios que pretenden que su criterio de administración de justicia sea reemplazado por un criterio ajeno a la labor propia de la actividad jurisdiccional. Es por ello que la violación de la independencia judicial es peligrosa y detectable: por lo general significa que en vez de la decisión razonable y sustentable, se presenta un conjunto de alegaciones arbitrarias, manifiestamente violatorias de toda equidad y que por ello adquieren el inequívoco rastro de ilegitimidad, desluciendo la actuación personal e institucional.

De acuerdo con ello, la actuación del Juez César San Martín no puede ser atacada como una manifestación de una violación del principio de la independencia jurisdiccional en la medida en que los correos no reflejan que el criterio del Juez ha sido alterado o suprimido. La convicción ya existente en la conciencia del magistrado no ha sido vulnerada en modo alguno.

Asimismo, como saben los profesionales del Derecho, la dimensión científica del Derecho demanda del operador jurídico el continuo contraste y análisis de las razones que sostienen la argumentación. En el caso particular y tal cual lo reflejan los correos, se trataba de inquirir las implicaciones teóricas que podrían sostener una convicción personal del magistrado, pero que claramente constituyen una respuesta a una demanda proveniente del magistrado, en su necesidad de sopesar razones y apreciar las aristas pertinentes del caso. Ello resalta la labor de César San Martín: Un gran jurista no es quien tiene todas las respuestas, sino que es capaz de sostener jurídicamente su fallo, de acuerdo a la Constitución a la ley, preservando su criterio de conciencia.

Así, lo esencial es analizar si el fallo ofrece a los justiciables un conjunto de razones jurídicamente sustentables en la legislación y doctrina. En caso que no sea razonable, pues su sentido de arbitrariedad salta a la vista de modo clamoroso. ¿En qué parte de los correos se refleja o trasluce que el criterio de conciencia del magistrado ha sido vulnerado?

Queda entonces pendiente la interrogante ¿Se vulneró el principio de imparcialidad? ¿El que el magistrado dejara traslucir que ya tenía una idea respecto a la responsabilidad penal del imputado, viola el principio de imparcialidad?

Como su propia denominación lo refleja “imparcial” significa “no ser parte”, es decir, así como la independencia preserva a la actividad jurisdiccional de la influencia de otro poder, órgano o esfera externa a él, la imparcialidad impide que el juez no debe ser partícipe o estar involucrado con alguna de las partes en conflicto. De acuerdo con ello ¿Se ha demostrado que el Juez tenía algún interés particular en el proceso, en vinculación con alguna de las partes? ¿El juez otorgaba algún trato preferencial a alguna de las partes?

En caso que se detecte una actitud del juez que trasunte parcialización a favor de alguna de las partes, la salida es clara y unánime: dicho magistrado debe ser apartado del caso.
Por otro lado ¿Quién decidió el caso era un órgano unipersonal o colegiado? Esto es ¿Los magistrados Víctor Prado Saldarriaga y Príncipe Trujillo estaban pintados en la pared? Ello refleja claramente que el misil no estaba dirigido tanto a destruir una sentencia que es jurídicamente inatacable –lo cual no quiere decir, claro está, que no pueda ser objeto de cuestionamientos doctrinarios-, sino que se ha tratado de un complot mediático cuya finalidad era el impedir la elección de César San Martín a un puesto al cual merecimientos profesionales lo conducían y para ello basta revisar su currículum profesional. En cambio, quienes han incurrido en la patética y ridícula de las falacias han sido el legislador Souza, el abogado Ghersi y el director del diario Correo, por las siguientes razones:

1.- El congresista Souza ha denunciado que la sentencia a Fujimori, ha sido digitada desde España. Se rasga las vestiduras por la supuesta violación de la independencia judicial. Sin embargo, el estudio jurídico del cual es socio defiende a los mafiosos que precisamente, medraron gracias al meretricio en que convirtieron la actividad jurisdiccional ¿Acaso hemos de olvidar el video donde aparecen los legisladores de su bancada siendo aleccionados por Montesinos para dilatar el referéndum hasta las calendas griegas? A tan impoluto personaje ¿No le molestaba que un expulsado del ejército por traidor a la patria y un ya denunciado cómplice de narcotraficantes impartiera directivas a los legisladores sobre cómo sabotear la labor congresal, atentando contra el principio en que descansa el Estado Democrático de Derecho? ¿Su sentido de la decencia no le decía que allí había algo que mereciera su indignación?

El legislador Souza clama por una supuesta violación de la imparcialidad, sin embargo:

- Souza es integrante del grupo político que ha hecho de la libertad del delincuente su única y principal bandera.
- Souza es socio del Estudio jurídico que defiende a los más connotados integrantes de la mafia y que precisamente –qué casualidad- ejerció la defensa del ex presidente.
- Souza es integrante de la Comisión de Justicia, la misma que ha legitimado propuestas a favor de la impunidad y que han sido dejadas de lado siempre por la vergüenza con que la opinión pública las ha cuestionado –No en vano hemos pasado por la década infame-.
Por lo menos podemos preguntarnos ¿Es la actitud de Souza representativa de alguien que con todo derecho puede reclamar para sí un rol de independencia e imparcialidad en el ejercicio de la función que se le ha encomendado?

2.- La otra lanza de la ofensiva mediática, el abogado Ghersi ha sostenido que “debe intervenirse la computadora del Juez César San Martín”. No olvidemos que dicho abogado defendía a la corrupta administración del canal 4 y pretendía que los manifestantes de la democracia, ciudadanos hartos de la podredumbre, habían cometido “reglaje” en contra de los directivos, intentando claramente aproximar la actuación de los defensores de la democracia, al modus operandi de los terroristas. Ghersi es el abogado que, contratado por Yale para defenderla ante el conflicto por la legítima exigencia del Estado peruano de la devolución del patrimonio de la Nación, sostenía que “se trata de arribar a una solución que contemple los intereses de ambas partes”, cuando la propia Universidad estadounidense terminó por aceptar que el reclamo peruano era justo y que finalmente el único interés a ser protegido es el del Estado al cual pertenece el patrimonio y bienes culturales, tal cual lo determinan las normas internacionales de la materia.
Lo falso de la propuesta es que precisamente, donde no hay delito no hay porqué incautar nada ¿Acaso a alguien se le ocurriría incautar la computadora de Ghersi para verificar si la labor de asesoría que el cumplió para el canal 4 en manos de la mafia y para otros clientes denunciados por ilícitos penales, puede contener información relevante para verificar que su labor fue meramente de asesoría y no de complicidad o encubrimiento de ilícitos?

3.- El trío lo completa el director del Diario Correo, quien intentó en una primera plana darle dimensiones de “bomba” o “revelación” a la “denuncia”, titulando “el wikileaks de Souza”, dedicando una editorial a comentar la “denuncia”. En su intento de presentarse como una opinión informada Aldo Mariátegui intenta pontificar sobre los correos, pretendiendo algo que nunca se dio, esto es, que el acto de intercambio de correos y demanda de información y opinión, reflejan que fueron otros los que redactaron la sentencia. Justamente, cada operador jurídico sabe que existe un conjunto de conocimientos generales en Derecho penal, que son un insumo conocido y que el talento en la labor consiste en aquilatar adecuadamente las argumentaciones, y dicha actividad la realizan absolutamente todos los hombres de derecho: los magistrados jueces y fiscales, abogados, investigadores, catedráticos, etc.

Cualquier hombre de Derecho medianamente informado sabe que la actuación del crimen organizado, grupos paramilitares y demás organizaciones ilegales y contrarias al Estado de Derecho, se basa en la existencia de ciertas previsiones por parte de los autores materiales e intelectuales para evadir una futura acción de la justicia. Una de ellas por ejemplo, es la no existencia de documentos donde se identifiquen a sí mismo como autores. Por ejemplo, nunca un capo del narcotráfico ejecuta por sí mismo a un periodista, ni emite documento alguno declarando “por el presente yo Perico pago a Dilcio a cambio que dé muerte a Fortunato”. Si el Derecho se quedara inerme frente a los casos en los cuales la ley del silencio establece una barrera para evitar que los implicados confiesen ¿Los casos de masacres, asesinatos por encargo y actos de una organización criminal son entonces, imposibles de ser resueltos por la disciplina jurídica?, es decir ¿El Derecho no tiene una respuesta que dar frente a esos casos? Falso. Precisamente para encarar dichos actos la disciplina jurídica ha elaborado un conjunto de teorías, una de las cuales es aquella por la que ha optado la sentencia. ¿El intercambio de correos respecto a los alcances y fundamentos de las teorías, es un supuesto de violación de la independencia judicial? La previsible y lógica respuesta nos indica que la voluntad, discrecionalidad y direccionalidad del raciocinio del magistrado, no han sido vulnerados.

Finalmente, lo que deseo compartir con ustedes es que, si como dijera un representativo y versado partícipe de la inmundicia “la coima no da recibo” ¿Ello significa que los hombres dedicados al estudio del Derecho y al combate al crimen no pueden formular las medidas convenientes para hacer frente al crimen y a sus autores, cómplices y ejecutores?

No olvidemos los nombres involucrados en la ofensiva canalla, porque aunque aleguen hipócritamente una indignación por una inexistente ofensa al Estado Democrático de Derecho y a la Justicia, previsiblemente los encontraremos prestos para iniciar otra ofensiva a favor de los criminales condenados por corrupción y violación de los derechos humanos -es decir, aquellos sujetos que no respetaron ni el pacto político ni la esencia e integridad física y moral de las personas-.

Simplemente, tenemos que estar atentos y no permitir que la pestilencia de esos intentos impregne la actuación del sistema político y jurídico. Al respecto, la Sociedad siempre tendrá el derecho a conocer la verdad, por corresponder a un asunto de interés público

jueves, 26 de mayo de 2011

EL ESCRIBIDOR EN COMBATE: EL CASO FLORES NANO, LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN Y UN EGO DESMEDIDO

En un programa televisivo de gran audiencia los fines de semana, el presentador televisivo Jaime Bayly no solamente ha difundido un audio privado -donde no se muestra la comisión de un ilícito-, sino que ha comentado dicho audio reprochando a la candidata la expresión de frases que dicho comentarista considera que son poco felices. Además, explica a su público que la dama en cuestión no pudo o no debe haber dicho eso, que la coloca a mucha distancia de lo que debería mostrar quien aspira al cargo de la Alcaldía de Lima. Como dicho presentador televisivo ha efectuado lo siguiente:

a.         Propalado una conversación privada
b.         No ha demostrado un ilícito pero sí una proposición indecorosa, que no fue aceptada
c.         Ha efectuado una especie de análisis de índole subjetivo-introspectivo de la mente de la candidata.

Considero que nosotros también podemos hacer dicho ejercicio sobre la figura del presentador, pero sin necesidad de publicitar ningún audio ni video privado del mismo y sí más bien tomando como insumo de nuestra perorata aquello que el personaje ha mostrado públicamente.

Así pues, en un gesto de suprema hipocresía, el escribidor hace echar de un canal a quienes hurgan en su tren de vida,  y demanda por el plagio de una obra que notoriamente es de inferior calidad y al mismo tiempo expresa al hijo del mafioso que “es su amigo” no por haber actuado con decoro sino por haber botado al desdichado que –con toda justicia- despertó sus iras. Al mismo tiempo –exquisito él- explica a su “audiencia-claque” que “ha creído de interés público” el mostrar el audio de una conversación privada, donde Lourdes Flores no admite ni transa con un acto vil que le propone uno de los tantos sujetos que –el acto lo trasluce y refleja- medraron gracias a la política. En otras palabras: el escribidor se indigna por actos que indudablemente fueron actos de mala leche, promovidos por un enfermizo sentimiento de envidia y revanchismo, pero sin embargo, él comete un acto peor, e intenta disfrazarlo.

“Gracias Schutz, has demostrado ser mi amigo”. He ahí la clave, no es “eres un hombre justo”, sino “estas conmigo o contra mí”. ¡Tantos trapos tienen que esconder en dicho canal que sin chistar cedieron al notorio y desembozado chantaje!

¿Dónde ha quedado el valiente e idealista periodista que sin temor ni duda denunció la tropelía de un candidato a presidente y le espetó a bocajarro: “Señor Toledo ¿Qué es más importante para Ud. ser presidente o ser un buen padre? ¿Dónde quedó el adolescente talentoso que le enrostró a Morales Bermúdez el llamarse abanderado de la democracia siendo que como dictador había perseguido a sus enemigos políticos? ¿Dónde está el esclarecido escritor que en la Obra “Los últimos días de la Prensa” –verdadero documento y radiografía moral de una época y coyuntura histórica- diseccionó la podredumbre que anticipaba el fenecimiento de un periódico, una decencia, una ética y una creencia en el rol del periodismo?

Lo que vemos hoy en día es a un personaje que cumple a cabalidad su propósito de construir un divertimento para la audiencia. Consciente que el formato del programa y el horario y sobre todo, el fin impuesto no le permite ser “demasiado serio” u “objetivo”, cual encantador procede a combinar elementos de verdad, de humor, cinismo, mentiras y mucha cachaza y ofrece dicho cóctel a su embelesado público. Lo importante, lo primordial es que el público se entretenga para, una vez en ese estado, proceder a “orientarlo” hacia las posiciones que el presentador esgrime. Un programa verdaderamente periodístico, esto es, orientado a la búsqueda de la verdad, indagaría la verdad monda y lironda y trataría no de “entrevistar” al objeto de las pesquizas, sino de formular un debate, porque del debate precisamente es que salen a luz las limitaciones. Es por ello que el formato que ha impuesto al programa impide que se convierta en un lugar donde se ventilen documentos tal cual ocurre por ejemplo, en el programa de canal 4. No. Mejor es lanzar la idea, que flote en el ambiente para después ir dejando caer pequeñas sugerencias, frases irónicas y cachacientas, de modo tal que el humor impide que se procese con mayor detalle si hay o no certeza en lo que se afirma. El humor entretiene y disfraza el hecho que, realmente, no se ha debatido nada, sólo se ha expuesto posiciones. ¿Verdad? Si el programa se ha hecho para entretener y si no, pues miremos el tipo de invitados y la forma como se procesa y difunde aquello que por constituir de interés público debiera tener un tratamiento más serio, por decir lo menos.

No se trata de asumir la solemnidad como signo distintivo, sino de saber distinguir: si hay un tema crucial, no hay porqué creer que el solo lanzar frases a medias puede ser un sustituto ideal a la investigación periodística que debe antecederla.

Ahora pasemos del personaje a sus “fans-espectadores”. Como es cierta la frase “de tal palo tal astilla”, a tal personaje le corresponde un público que no desea conocer la verdad, sino solazarse en los chistes y anécdotas con que el personaje va sazonando sus historias. Su gran talento y vena para la conversación, prefiere diluirla en adormecer en una feliz modorra al público y claro, ello le da rating, pero también conduce al peligroso camino que confirma que el periodismo cuando hace una labor crítica y valiente autocrítica puede ser la auténtica conciencia de una Nación, y que cuando renuncia a la verdad y sólo la maquilla con frases para consumo de un público complaciente y carente de amor por la verdad, se convierte en la herramienta perfecta para el abuso y la mentira. Y sabemos bien que decir la verdad a medias, o decirla infiriendo la corrosión de un humor que no viene a cuento, para impedir que la conciencia se indigne por lo que se desnuda, es otra forma de matar la verdad y con ello, la justicia. ¿Dudan que ello sea así? Propongo un experimento: que estudien si la audiencia del personaje también es prosélita de la inmundicia del programa de espectáculos de canal 9. ¿Hay que ser adivino para saber el resultado?

Es así que Bayly es la mejor prueba del éxito de la magalización de la política: la reducción del espacio público como ámbito de debate respecto a los verdaderos temas que nutren y construyen la conciencia de una Nación, y su reemplazo por una retórica televisiva y unos ademanes, gestos y atmósfera que aniquilan la verdad cuando así le interesa al presentador. Bayly, tan lúcido al expresar que con Bozzo el Perú exportaba guano, ha incurrido en un acto que refleja bien a las claras que él también sabe fabricarlo, con el aditamento de presentarlo edulcorado para que la audiencia pueda pasarlo y sin que haya necesidad de taparse la nariz. Pero, aunque intente provocar o hacer “un llamado a la conciencia”, hay que ser claros: la mierda, aunque todo el mundo la celebre, no por ello deja de ser mierda.

Bayly se ha creado y creído el cuento que por gozar de la popularidad, ello lo convierte en un “líder”. “Líder” es quien dirige, esto es, sabe conducir al público al descubrimiento de una forma superior de convivencia. En vez de discurrir por dicha vertiente Bayly es la mejor prueba del éxito de Magali Medina, porque a pesar de tener a su favor la sensibilidad propia de los escritores, el talento precoz para el periodismo y dominar el oficio de escritor, finalmente él también se ha dejado llevar por la efervescencia de creerse que todo está permitido porque eso es lo que le gusta a la gente.

En cuanto a Magali Medina hay que decir las cosas claras: ella ha sido justamente condenada:
-           En el caso Mónica Adaro, por haber grabado a una mujer en relaciones sexuales. Si bien es cierto la prostitución puede ser un tema de interés público, ello no llega al extremo de poner una cámara en un dormitorio porque el hecho de las relaciones sexuales entre dos adultos, mas allá de las motivaciones, está al resguardo de toda injerencia malsana del público, que no se condice con lo que se puede llamar interés público. Como dijo el Poder Judicial y confirmó el Tribunal Constitucional: lo que haga una persona en su intimidad, no es asunto de interés público.
-           En el caso Paolo Guerrero, aunque Magali clamó y lloró, jamás pudo demostrar que Paolo Guerrero estuvo a la hora que dijo que estuvo en el local y en vez de acreditar pruebas objetivas que demostraran la verdad de lo que publicó en su revista, se limitó a decir que “ella creía en sus reporteros” y cosa curiosa, el reportero se esfumó y la cámara supuestamente malograda jamás fue exhibida para la pericia. A buen entendedor pocas palabras. . .

Es decir, de tanto vivir en la cúspide de la popularidad y la fama, los presentadores de televisión se creen semejantes a los políticos a los cuales tanto critican, esto es, ellos también se creen seres intocables, cuyas palabras y gestos deben ser complacidos y nunca contradichos y menos puestos en evidencia. Viven con los ojos que les prestan los televisores que confirman que son vistos, que son conocidos y que les cantan que son queridos, apreciados y envidiados por la gente de la calle. En otras palabras, su adicción a la fama se ha convertido en un opio que anula la capacidad crítica que es precisamente, lo que nos hace propiamente ciudadanos y también capaces de superar nuestros errores.

¿Acaso quien reclama por la violación del derecho de autor de su mujer y por el malsano interés en dar a conocer sus propiedades es incapaz de percibir la injusticia que es propalar un audio privado, sabiendo que la candidata no ha aceptado una proposición deshonesta? Si además de ello se comenta el audio intentando inducir al público a que asuma que ha sucedido algo que según el audio claramente no sucedió, entonces ello también es malsano e injusto. No debemos olvidar tampoco, que su amigo, el abogado exitoso con toda seguridad debe haberle informado que el difundir audios obtenidos mediante una interceptación efectuada sin autorización judicial y sin que en ellos exista un interés público, constituye delito. El escribidor no puede pretender que por el hecho que él es mencionado en los audios, o su productora –de quien se dice con razón que también acudió al SIN-, ello ya convierte a una conversación entre la candidata y una de sus prosélitos en un asunto de interés público ¿O es que acaso cree que por salir en televisión todo lo que le concierna a él es de interés público, esto es, de importancia para el esclarecimiento y construcción de la conciencia social? Quizás su amigo el abogado exitoso haya encontrado alguna forma de pretender evadir la clara responsabilidad de Bayly por complicidad con el delito de interceptación ilegal de las comunicaciones y violación de la intimidad, porque a estas alturas está claro que hay alguien que intercepta las comunicaciones a despecho del decoro y dignidad que se merece cada participante, con el exclusivo propósito de torpedear la dignidad y el esfuerzo de Flores Nano y también está claro que Bayli a sabiendas del origen ilícito persiste en la conducta cómplice. No olvidemos que su amigo el abogado exitoso, cuando asesoraba al canal 4 en manos de la pestífera administración argumentaba que los manifestantes por la democracia hacían “reglaje” a los directivos del canal, intentando aproximar la lucha de los demócratas con el modus operandi que emplean los terroristas. Quizás una argumentación de características similares es la que tendrá ya ensayada Bayli para justificarse. Por ejemplo, podría decir:

“Mi amigo es el abogado exitoso que asesoró al canal 4 cuando dicho canal era parte de la podredumbre fujimorista, al hijo del dueño mafioso de canal 5 lo llamo públicamente mi amigo, porque ha botado al desquiciado que intentó hacerme daño, mi productora ha asistido al SIN en la época en la cual ya todos saben para qué una persona vinculada a la labor de prensa podía acudir al SIN. Por mi parte, yo he aportado proclamando que indultaría a Fujimori, que votaría por Keiko y también difundiendo reiterada y persistentemente audios obtenidos mediante la comisión de un delito, y busco amplificar el efecto degradante y lesivo al comentarlos y hacer uso de la licencia que el Estado da a un canal de señal abierta para difundir y multiplicar las consecuencias del delito ya generado, con lo cual hago uso de la señal que le pertenece a la Nación peruana, para fomentar y apoyar el delito, y a pesar de todo ello, en verdad no he cometido delito, no hay ilícito en lo que yo hago y sobre todo, a mí nadie puede decirme que soy un operador fujimorista”

Queridos conciudadanos ¿No les parecen conocidos dichos contexto, práctica y lógica? ¿No nos encontramos frente a actos y una lógica perversa que desnuda con su sola presencia su raíz hermanada con lo que fue la debacle moral del fujimorato? El pez por la boca muere y no es necesario una confesión de actos cuando el ilícito es perpetrado una y otra vez, creyendo que la nación peruana es un hato de imbéciles que deben aceptar pasivamente que una carrera electoral y un compromiso político sean destruidos por alguien que parece actuar según lo hacían las hetairas y geishas del mundo antiguo. Las venganzas de los harenes en los sultanatos y shogunes tenían como rasgo principal el odio visceral y el desprecio absoluto a lo que no fuera del agrado de la damisela favorita o –postergada, según el caso-.

Cuestión aparte de lo anterior, es que hay algo trágico en todo esto, y es que la frase de la candidata “métanse la alcaldía al poto”, es una frase que precisamente trasunta que la mujer lo menos que desea es el poder. Es una frase que refleja hartazgo o desazón por la tensión y presiones a que es sometida por quienes acceden a los círculos del poder ávidos de nuevos puestos y prebendas. La frase es emblemática en lo que desnuda del alma de una mujer cansada no de luchar políticamente, sino de la miseria moral que la acorrala. Sin embargo, Bayli intenta presentar lo que constituye un gesto que desnuda desinterés y decencia, bajo los contornos de un acto reprobable. Ello, ¿Acaso no es un acto de vileza?

Así como el presentador televisivo le gusta aleccionar a su audiencia y a lo que él cree es la totalidad del país, también habría que recordarle algo:

La política no consiste en dar discursos bajo los efectos de las drogas ante el público de mis amigos. Política no es tampoco el lanzar unas cuantas ideas afortunadas y lógicas para “ponerlas en circulación”. Política no es jugar a que soy Dios en cada programa de fin de semana. Política no es descubrir de pronto que me he subido a una puta combi para después de desembarcarme de ella, intentar mediante contactos informales sondear si un partido “de los de a de veras” me lanza como su candidato presidencial y volverme un majareta berrinchudo al enterarme que mis antecedentes hacen que una prominente figura me imponga un veto.
La política más que de gestos insolentes, demanda gestos osados y una osadía –grandiosa y magnífica- hubiera sido el lanzarse solo, sin partido, sin claque complaciente, movido sólo por la convicción de los ideales. Tanto pregonar que gana más que lo que recibiría en salario presidencial, para abandonar de antemano sabiendo que quien entra a política por lo menos tiene garantizado algo: habrá alguien que no nos tendrá afecto. Es así que la mejor forma de evitar dicha decepción es simplemente, no lanzarnos, y contentarnos con solazarnos en la idea de que “quizás” hubiéramos sido un buen presidente, “porque eso me lo dicen todos”, “mami, mi amigo abogado exitoso, las mujeres que me dio la Vida, mi público-claque y los políticos ramplones fronterizos que saben que yo, a diferencia de ellos sí sé expresarme e indudablemente soy más inteligente que ellos”. Además, “tengo la certeza de poseer más poder que el presidente, porque si el presidente dice que él tiene el poder de impedir que sea presidente quien él no quiera, yo no solamente puedo impedir que sea alcaldesa quien yo no quiera, sino también puedo hacer que el electorado vote por quien yo quiera y además con ello porsiaca hago política desde el sillón de mi programa a ver si me liga eso de conseguir un electorado sin partido, sin cuadros, sin doctrina y sin ideas. La puedo hacer linda”.

Sin embargo, el problema no está tanto en lo que el presentador proclame de sí mismo en aquello que perpetra: considero que el verdadero tema en debate consiste en esclarecer –mejor dicho, rescatar- el rol que los medios de comunicación deben jugar en las elecciones. Está claro que no se puede difuminar los claros límites que siempre deben existir entre lo que sí es de interés público y aquello que no lo es ¿Si un candidato en la intimidad de su hogar granputea o llora por la campaña de sus enemigos, o dice una procacidad de albañal, eso es de interés público? ¿Qué hubiera ocurrido si algún candidato en la intimidad del lecho dice para seducir a alguna damisela, algo que a alguien se le ocurre reprochable o “censurable”? ¿Ello legitimaría que dicha conversación fuera difundida argumentando que “es de interés público lo que piensa el candidato del amor, sentimiento excelso”? ¿Si en la intimidad le digo a una amiga, “mi primer acto cuando asuma el cargo será hacerte el amor en el escritorio de mi despacho” ello convierte a los amantes en objeto de interés público y legitima el hacerlos objeto de escarnio?

Lo gracioso es que según la crítica de Bayly, una candidata jamás debería expresarse de la manera en que lo hizo Lourdes Flores o no debería tener la actitud que sorprendió en el acto de interceptación. Según lo da a entender, quien postula a un cargo como la alcaldía Metropolitana “No puede decir” lo que dijo la candidata ni tampoco, por supuesto, “sentir” lo que sus palabras dejaron ver. ¿Notan hasta dónde llega la injerencia, que es además insolencia porque la comparte con los televidentes como si él tuviera el derecho a hacer ello? Bayly ha actuado de modo tal que sólo le falta decir “A Lourdes Flores hay que dinamitarla desde dentro”, porque lo que destila en su programa ya no puede decirse que sea decente o sea animado por la clara conciencia de una labor transparente, digna y respetuosa del interés público y de los valores que supuestamente deben primar en el debate público.

Sin embargo, amables lectores, el problema no está en Bayly: el problema nunca está únicamente en quienes cometen las trapacerías sino también en quienes se solazan y son cómplices morales de ellas al festejarlas como si se tratase de hechos inocuos y en asumirlas como directrices de valoración y conducta. Si es que el Ministerio Público, el Poder Judicial y el Consejo de la Prensa Peruana y la Asociación de anunciantes no hacen nada ¿Es que acaso vamos a tolerar que se sacrifiquen la dignidad, decoro y respeto de una mujer para satisfacer un ego enfermizo?

El problema está en la ausencia de una reacción de la Sociedad por definir claramente los límites de lo que constituye interés público y de si la dimensión del “televidente-oyente” puede imponerse por sobre el deber que tiene cada uno de nosotros de ser un “crítico-ciudadano”, lo cual demanda obviamente, festejar las felices e ingeniosas ocurrencias que nos regala el presentador, pero también implica el saber reaccionar cuando se quiere inducir de la peor manera a que la conciencia ciudadana abdique de su deber de actuar por convicción y no por manipulación.

¿LOURDES FLORES O SUSANA VILLARÁN?

En principio, estamos en desacuerdo con quienes reclaman porque la realidad no corresponda con su percepción del mundo. Según dicha posición el hecho que el electorado base de la candidatura de Susana Villarán lo constituya el sector socioeconómico A y B, constituye un supuesto nefasto de parricidio/suicidio político. Los recalcitrantes de la política alegan que no es “natural” el que los sectores socioeconómicos A/B sustenten una candidatura de tendencia izquierdista. Sin embargo, en ello existe una hipocresía: quienes alegan de dicho modo, tienden a asumir una visión maniquea y obtusa de la política: maniquea en dividir el mundo en términos polarizadores y obtusa en cuanto consideran ellos que la condición social del electorado determina de antemano una vertiente de pensamiento político. Esto es, la condición socioeconómica debe constituir una “demanda cautiva” de liderazgos que correspondan con lo que según ellos, representa mejor los intereses inherentes a la posición social que se ocupa/ostenta.

En otras palabras, ellos lo que quieren precisamente es que el sector A/B siempre debe votar por una candidatura de derecha y el sector B/C/D por una candidatura que sea de izquierda. En otras palabras ¡Ellos reclaman el que los sectores A/B carezcan de “conciencia de clase”¡ Precisamente quienes afirman tal disparate son los columnistas representativos de diarios que son consumidos en su mayoría por el sector A/B¡ el acreditado Aldo Mariátegui y el lúcido y pragmático Vázquez Kunze llegan a disertar sobre la existencia de una confusa actitud que desdice la prosapia de la clase y hurgan sobre los supuestos antecedentes históricos de verdaderos “suicidios de clase”. Incurren por tanto, en el peor de los marxismos, esto es, aquella vertiente que le reclama a la realidad por no ser como ellos desean, esto es, son prisioneros de su propio dogma.

Si fuera verdad dicha lógica, en verdad el Perú siempre estaría perdido puesto que quienes integran los estratos socioeconómicos más bajos son la mayoría de la población, por lo cual indefectiblemente ya existiría un determinismo electoral, fácilmente anticipable según la composición socioeconómica del electorado. En buena cuenta, para dicha perspectiva el voto depende del estado del estómago y del bolsillo. Reclaman ellos por un voto “culto” que indefectiblemente debiera estar al lado de la derecha, negando toda posibilidad que detrás de una posición de izquierda puedan albergarse gentes de talento. Son los nuevos Ayatollas de la derecha. ¡Han llegado a sociologizar respecto a las razones por las cuales el sector A/B no piensa como ellos! En su desesperación llegan al absurdo de caricaturizar la posición de Susana Villarán, con el previsible resultado de un mayor apego del electorado a quien aparece como víctima de sus ataques. Tampoco faltan quienes intentan hacer un parangón entre Flores Nano y Churchill, intento que más parece un rictus de un perorador pueblerino, incurriendo en el mesianismo más ramplón y desbocado.

En su extremismo dichos Ayatollahs liberales son los mejores propagandistas del porqué la derecha tiene un lado intolerante, que en su mezquindad impide la posibilidad de construir un auténtico diálogo con quien piensa distinto. Obviamente, el negar toda dignidad o mérito al contrincante subjetivamente induce a considerarse los nuevos Mesías, portadores del mensaje “correcto”. Ellos, que tanto critican a lo que denominan “políticamente correcto”, son el mejor ejemplo de lo que critican, esto es ¡representan mejor que nadie el defecto que tratan de imputar a sus rivales¡

Lo que debemos reconocer es que tanto en su apertura hacia electorados tradicionalmente copados por otra opción (Lourdes Flores) y por asumir banderas que estaban en otros sectores (Susana Villarán), lo importante de los liderazgos del sector  A/B es que son esgrimidos por dos mujeres y reflejan que en el Perú el sector A/B no piensa en sí mismo ¿dudan de ello? Después del terremoto tuvieron una actitud importante para con los damnificados, y los dos programas televisivos de mayor consumo por dicho sector representan dos visiones de la vida: una serie blanca donde se intenta reflejar la diversidad de nuestra Sociedad –con sus complejos y estereotipos- y un exitoso programa farandulero, exquisito ejemplo de cómo la miseria moral puede tener carta de navegación en los hogares. Como nunca antes se habla actualmente de la cocina peruana –incluso se ha plasmado una tendencia de cocina denominada novoandina-, el chullo, y el Perú va camino hacia el reconocimiento y aceptación de su propia realidad. Estamos consolidando las percepciones en base a las cuales el Perú del futuro será más homogéneo, más igualitario y se alcanzará con mayor propiedad aquello que corresponde con el sentimiento de peruanidad.

El que las dos opciones con mayores posibilidades de alcanzar la alcaldía de Lima la lideren dos mujeres pertenecientes al sector socioeconómico A/B es sintomático: dependiendo de la gestión a realizar, la Alcaldía puede ser el paso previo a una candidatura presidencial. Por tanto, el sector socioeconómico A/B está construyendo una perspectiva política que legitima y corona los intentos de consagrar la plena igualdad a la que la mujer tiene derecho como dadora de vida. Por otro lado, la campaña que realizan las candidatas no se afianza en ningún apoyo ni depende de una figura masculina que aparezca como una figura tutelar, tal cual ocurre por ejemplo, con el caso de la hija del ex presidente. Ambas candidatas fueron críticas con la corrupción del fujimorato.

Así, lejos de enroscarse en su concha, el sector A/B, para bien y para mal ha decidido prestar oído hacia las demandas y posiciones sostenidas por sectores sociales y políticos de los cuales tradicionalmente han estado alejados. Dicho encuentro es importante para la construcción de una democracia. Sin embargo, el camino hacia la construcción de ese Perú futuro no se encuentra únicamente en la evidente apertura del sector socioeconómico A/B las hacia demandas de los otros grupos sociales, sino en la capacidad de sintonizar con las demandas del futuro, lo cual se refleja en las alianzas y opciones que van construyendo en el camino. En otras palabras: dime con quien andas y te diré quién eres.

Sin embargo, quien esto escribe considera que Susana Villarán no debe ganar las elecciones, pero por las consideraciones que a continuación expongo.

Dime con quien te juntas y te diré quien eres

Tradicionalmente un defecto grave de la plutocracia peruana y de los sectores sociales afines a ella ha sido su incapacidad para poder organizarse en un partido político que formule adecuadamente un proyecto y que por tanto se encargue desde dicha perspectiva del construir una propuesta clara de predominio político. Dicho defecto es de capital importancia dado que independientemente de la tendencia específica, lo que una democracia necesita es precisamente que los intereses económicos, sociales y culturales se expresen institucionalmente en un partido como una forma pacífica, clara y transparente de alcanzar una posición de predominio. De ahí que si es que todos los participantes están de acuerdo en un mínimo de reglas a ser respetadas, la convicción democrática es importante y a ese respecto sí resulta importante dejar fuera de carrera a aquellas posiciones que claramente son antidemocráticas por constituir una progenie corrupta y maquinadora, bastión de lo mas antidemocrático que es precisamente, el pretender apartarse de las leyes mediante los actos de componendas cuyo destino es salvaguardar la impunidad para los grandes negociados.

Así, podemos asumir que actualmente existen dos tendencias de los sectores socieconómicos Alto y medio: la propuesta encarnada en Flores Nano y la propuesta representada por Susana Villarán.

Lo importante de la trayectoria política es que nos permite seguir el derrotero de los participantes de modo tal que se puede establecer ciertas correlaciones a partir de la conducta pública de los participantes. A este respecto debemos señalar que la línea política que sigue Flores Nano es importante porque mas allá del hecho de llevar una década en la brega política, dicho lapso de tiempo es suficiente para ir sedimentando una posición alrededor de un conjunto de ideas que reflejan una pretensión de modernización del pensamiento de derecha, el mismo que ha abandonado posiciones tradicionales y que intenta leer al Perú desde la realidad del siglo XXI. En la actualidad ya no puede sostenerse que sea el pensamiento del PPC o de AP –los dos tradicionales partidos de derecha en el Perú- los que sustentan el discurso político en los términos en que se hacía en la década de los años 80. El pensamiento de derecha ha evolucionado.

De ahí que debemos saludar que el esfuerzo actual que realiza la derecha peruana encarnada en Flores Nano, dado que es una corriente y propuesta que indudablemente refuerza el sistema político democrático y que no comulga con los dos grandes males de la democracia peruana como son el autoritarismo y la corrupción. Actualmente, desaparecido el viejo paradigma izquierda/derecha carece de sentido pretender esbozar el debate en dichos términos, por lo cual es pertinente analizar si la orientación del partido o movimiento es proclive o receptiva a las necesidades de preservar la institucionalidad democrática y la legitimidad de un manejo con vistas a la construcción del futuro Perú, cuyos lineamientos se están definiendo en esta primera década del siglo XXI.

Una de las más nefastas tendencias de la política criolla es el afán mesiánico de “refundar” el mundo, el asumir un discurso que intenta presentarse a sí mismo como la opción “trascendente”, “auténticamente popular”, “transformadora” y otros vocablos altisonantes. El defecto de un discurso que intenta suscitar la imagen de renovación consiste en que la historia nos ha mostrado que ello ocurre muy pocas veces en la realidad. Pero, lamentablemente quienes usan de dicha visión para sostener que Susana Villarán representa “la transformación” y otros vocablos de similar contenido, confirman dicha percepción por el encono con que los ayatollahs liberales atacan a quienes piensan distinto a ellos y tal situación por supuesto no es consecuencia de sentimientos personales, sino que manifiesta un compromiso que se excede en los términos y que sin querer, termina ayudando a quienes supuestamente son los rivales políticos. Por otro lado, basta leer los periódicos y ver los medios que están en manos del sector social motejado como “caviar”, para comprobar que dichos medios escritos y televisivos promueven de modo sostenido la candidatura de Susana Villarán. La permisibilidad, blandura en el trato y benevolencia hacia ciertos puntos de su propuesta es tan abierta y desembozada como la subliminal campaña que se realiza por los caricaturistas emblemáticos del pensamiento caviar en apoyo de Villarán.

En suma, mientras que la prensa afín al sector caviar hace un uso sofisticado del poder que ostenta, no ocurre lo mismo con los intérpretes liberales de la actualidad, quienes parecen andar con el sable desenvainado, prestos a cortar de raíz todo asomo de argumentación que no sea compatible con la posición que sostiene.

Lo particular del liderazgo de Flores Nano es que no puede ser visto como una opción perdedora: mas allá del hecho de la derrota en dos elecciones presidenciales, lo importante del liderazgo de Flores Nano es que ha permitido la renovación de la política peruana:
-           Ha incorporado plenamente en el imaginario social la posibilidad de una próxima presidencia en manos de una mujer, importantísima conquista para el sistema político peruano y latinoamericano.
-           Ha despojado al pensamiento de derecha de algunos de sus peores defectos tales como su excesivo limeñismo, su acriollamiento, su acrisolada representatividad plutocrática y la incapacidad para poder construir plataformas políticas que incorporen demandas populares.
-           Ha sido tenaz y persistente en la lucha política, algo importante, porque precisamente las tradiciones políticas y las lealtades se construyen y confirman en la continuidad de un pensamiento y una prédica.
-           Ha mostrado una clara capacidad de hacer activismo político de base, esto es, el “ensuciarse los zapatos”.
-           Lourdes Flores ha sido capaz de cambiar la percepción del PPC, un partido tradicional de derecha y arrinconado consuetudinariamente a Lima, y ha logrado construir un movimiento y proyectarlo fuera de la capital. Es un logro de méritos indudables.

Por tanto, en la medida en que el pensamiento de derecha encarnado en Flores Nano ha mostrado los caracteres señalados es que también ha permitido a grupos y sectores antes alejados de su esfera de actuación y representación adquirir cierta visibilidad, lo cual finalmente redunda en una mejora de la actividad política en su dimensión de representatividad o reflejo de las demandas sociales. Lo importante no es tanto que la plutocracia y los sectores emergentes tengan representantes, sino que tengan la capacidad para trabajar proyectos conjuntos, pues eso reflejaría una integración política, que puede ser un fundamento válido para una práctica institucionalizada de democracia.

En suma, la corriente política que encarna Flores Nano sí representa un pensamiento que mas allá de ser motejado de “Derecha”, indudablemente posee cualidades que de cara al siglo XXI lo presentan como una vertiente democrática y políticamente confiable para la construcción de un Estado Democrático Social de Derecho. Con ello queremos destacar que actualmente el contenido de lo “Social” no necesariamente se alimenta de una vertiente de Izquierda, ¿Porqué? En la actualidad el contenido del vocablo “Social” ya no se puede interpretar como expresión de tendencias socialistas, sino como una apertura hacia las demandas populares, y es por ello que lo Social es reclamado por la tendencia del Humalismo, el aprismo, la corriente de Flores Nano y también la corriente que representa Susana Villarán.

En cambio, considero que la incursión de Susana Villarán participa del tradicional defecto de la plutocracia peruana en su incapacidad de “ensuciarse los zapatos”, esto es, de efectuar el esfuerzo de un combate ideológico y de un activismo político. Susana Villarán representa y refleja muy bien a un sector social que a pesar de poseer una sensibilidad para el tema de lo Social y de tener una alta calidad académica, sin embargo está lastrado por su perspectiva mesiánica e ingenua de la actividad política: mesiánica en el creerse los salvadores de algo –sin que, estrictamente hablando ni la realidad ni nadie los haya colocado en dicho pedestal- e ingenua en el creer que por el solo apoyo de la prensa escrita y televisada y la bullanga que se arma en los blogs, ya se ha encontrado una “propuesta popular”, percepción que se confirma en las encuestas y que olvida que todo se ha originado en la tacha a la candidatura de Kouri. A nuestro entender, la prensa adicta a dicho sector incurre en los siguientes errores e inconsistencias:

- El porcentaje importante que tenía Kouri refleja adecuadamente el hecho que somos un país donde la corrupción tiene cabida de modo abierto. El electorado peruano es capaz de promover y apoyar a alguien que de modo desembozado ha sido partícipe de actos éticamente deleznables y es dicho electorado quien va a votar por Villarán, no por creer en un “cambio” o “inclusión” o “transformación”, sino para ajustarle las cuentas a quien era la principal oponente y supuesta beneficiaria de la purga a Kouri. No hay que sobredimensionar entonces, ni adjudicarle caracteres que no tiene, al lugar que actualmente ocupa Villarán en las encuestas.
- Además de ello, precisamente lo que se quiere hacer aparecer como un rasgo positivo, esto es, el “boom” del crecimiento de Villarán en las encuestas, refleja la naturaleza de la candidatura de Villarán: es una burbuja, alimentada por la prensa y alentada por el actual inquilino de Palacio, quien sabe que una exitosa gestión de Flores Nano en la Alcaldía, la catapultaría –como ocurre en la actualidad con Castañeda- como una rival temible en las elecciones del 2,016. En política rige más que en ningún otro ámbito la máxima de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, por lo cual era previsible que siendo Flores Nano la principal rival de Kouri, el descabezamiento de la candidatura de éste pudiera llevar a su electorado a apoyar a la rival de su principal oponente.

También está claro que Villarán no puede competir con Flores Nano en el sector popular, por lo cual el crecimiento en las intenciones de voto que actualmente ostenta Villarán debe darse respecto de los votos del electorado joven, el cual tiene como rasgos principales el ser un electorado no politizado e idealista, y de allí que no nos debe extrañar que los voceros caviares intentan impregnar en los lectores el que Susana Villarán “está con los jóvenes” y que su candidatura releja la necesidad de nuevas representaciones, de la participación de quienes hasta ahora han sido marginados y a los que se les quiere negar participación, o sea ¡Susana Villarán candidata de los excluidos del sistema¡ (ja ja ja)

Ahora bien, detrás de dicha burbuja ¿Qué encontramos? Una Alianza con lo peor de la política peruana: Patria Roja y la simpatía del humalismo. Las acusaciones reiteradas y ciertas de acoger y vincularse con Patria Roja, lejos de ser aclaradas, son motejadas con el fácil expediente de ser “campaña política” creyendo que sin más dichas objeciones deben ser pasadas por alto. Leyendo a la prensa que promueve y alienta la candidatura de Villarán uno creería que nos encontramos frente a una verdadera “reserva moral del Perú”, a una especie de última esperanza de redención, la última posibilidad que tendríamos los electores de poder alcanzar la democracia ideal, de concretar por fin los anhelos de una democracia inclusiva.

Sin embargo, precisamente lo inclusivo aunque suena bonito en los discursos, no ha sido precisamente el rasgo esencial de Patria Roja. Es innegable que entre aliarse con Humala y con Susana Villarán es la segunda la que ofrece a los sectarios de patria Roja mayores posibilidades de asolaparse en sus pretensiones de seguir perviviendo.

Pareciera que sí existe una afinidad entre el sector que apoya a Villarán y los integrantes de Patria Roja: mientras que los calificados como caviares han vivido perorando sobre la democracia inclusiva, participativa, el respeto a lo popular y a las cosmogonías y la parafernalias idílicas de la democracia popular, se comprueba que su escenario favorito de actuación ha sido el enclaustramiento en las ONGs y en efectuar trabajos, asesorías y consultorías para el Estado, mientras que los integrantes de Patria Roja son los predilectos cobijados en los entes estatales. El caso del SUTEP es paradigmático: más allá de las justas demandas del profesorado y de la necesidad de una mayor atención y justicia y mejor trato hacia los profesores peruanos, es también indudable que el SUTEP manejado por Patria Roja es parte del problema y no de la solución.

Susana Villarán dice que no es violentista, que no promueve la violencia, en fin, que es toda amabilidad, decencia y decoro. Pero, si ello es cierto ¿Cuál es la necesidad de aliarse a un grupo que ha sido nefasto? La explicación a ello se encuentra en que el movimiento de Susana se ha dado cuenta que carecen de una auténtica base popular y como sucedáneo de la misma creen hallarlo en la alianza con Patria Roja y el Movimiento Nueva Izquierda. Esto es, la mejor prueba de la falta de base popular y de una consistente labor política se refleja en los aliados a los cuales ha recurrido Susana Villarán: Patria Roja y al grupúsculo enquistado en el SUTEP y cuyo pensamiento es lo más representativo y auténtico que pueda mostrar hoy en día la arqueología política. Les pido a quienes duden de esto, que consulten la página Web de dichos grupúsculos y allí podrán comprobar de primera mano cómo es que los aliados de Villarán perciben, viven y practican la política.

Precisamente, la recurrencia a un grupo tan carente de ideas, propuestas de modernidad y de apertura hacia una nueva visión de país es explicable: el movimiento de Susana Villarán ante la imposibilidad de tender puentes y alianzas con otros grupos que estaban ubicados en el centro del espectro electoral, ha recurrido a patria roja como un salvavidas que le otorgue a sí mismo la perspectiva de proyección “popular” de la cual se saben carentes. La carencia de apoyo popular que muestra el movimiento de Susana Villarán es explicable además por la ausencia de una labor política, labor en la cual Lourdes Flores tiene una ostensible ventaja.

Por otro lado, consecuencia de su acendrada experiencia en ONGs y enclaustrados en los ambientes académicos, el sector motejado como caviar ha cultivado la imagen de una arquetípica democracia inclusiva, pero cuando nos preguntamos por las concretas experiencias políticas, hallamos que las mismas son prácticamente, nulas. En concreto: las importantes experiencias y proyectos en que ellos han participado los reflejan como peruanos comprometidos con su país, pero dicho compromiso llega hasta la satisfacción personal del acto solidario y como sabemos, la política requiere mucho más que actos personales. En otras palabras, el importante bagaje y sintonía de dicho sector con las necesidades populares, no les ha servido para formar comités políticos de base, no les llama el querer organizar al pueblo para que por fin conquisten la sociedad ideal en que se solazan y conmueven, sino para adoptar una cierta actitud de inmovilismo, que es nefasto para el Perú, porque la valiosísima experiencia y capacidad de los que serían indudablemente militantes y cuadros políticos valiosos se arrincona por las expectativas inherentes a seguir manteniéndose en el círculos donde como muy bien se sabe, ellos se confirman, se propagandizan y se autocomplacen en su entelequia.

Es así como si a la plutocracia peruana se le criticaba su incapacidad para poder ver al Perú y su diversidad como una matriz de donde generar propuestas políticas de índole inclusiva, el sector social que se encarna, refleja y apoya en Susana Villarán también parece aquejado del mismo mal, pero en signo inverso: siendo conocedores y estudiosos de la popular, sin embargo, han preferido optar por la contemplación académica y hacer de comparsas y tecnócratas de los gobiernos y no han apostado por un auténtico y verdadero esfuerzo político, lo cual sin duda alguna los hace proclives a constituirse en previsible furgón de cola de quienes sí participan en la política con todo el esfuerzo y compromiso que ello conlleva. Ello explicaría el curioso –y sintomático hecho- respecto a que según las encuestas en principal sostén electoral de Susana Villarán se encuentra en los sectores A/B mientras que el principal apoyo de Flores Nano se encuentra en los sectores C/D.

La candidatura de Villarán refleja precisamente la fragmentariedad del espectro político que se denominaría de izquierda y que ha encontrado cobijo bajo una imagen de moderación y empatía, que, sin embargo, desnuda su incapacidad en las alianzas que formula y las afinidades que genera. No en vano Humala ha expresado una verdad: quienes apoyan a Villarán son un conjunto de grupos con los cuales el Humalismo tiene afinidad de pensamientos. ¿Hay necesidad de ser más claros?

Para nadie es un secreto la alta resistencia que genera el Humalismo en el electorado limeño. Pretende por tanto el ex comandante auparse a un probable triunfo como una forma de diluir el rechazo que genera y de paso, pescar adherencias. Ellos están en el perfecto derecho de agruparse y celebrar las alianzas que crean convenientes, pero nosotros no podemos caer en la ingenuidad de pretender que allí no pasa nada: que la presencia de Patria Roja y del apoyo del Humalismo deben ser vistos como efervescencias inofensivas, como un gesto de colaboración de buena voluntad, pues suficiente muestras del accionar de Patria Roja y del humalismo ya las hemos tenido. En suma: nadie puede llamarse a engaño.

Además de ello, está en la naturaleza del espectro de izquierda la dispersión y atomización. Es previsible, siguiente la tendencia histórica del último tercio de siglo, que la izquierda peruana no logre superar su fragmentariedad, por lo cual no pueden sustentar la formulación de un verdadero proyecto político. Para nosotros el problema está en que la izquierda peruana actualmente tiene tres notas que la imposibilitan para ser el portaestandarte de la renovación de la política peruana y la construcción de un proyecto político de hegemonía a largo plazo. Dichos defectos son:

1.-        Persistente atomización.
2.-        Proximidad hacia el radicalismo y la violencia.- En definitiva los más representativos movimientos y grupos de izquierda persisten en las actitudes, mensajes y claves inherentes al uso actual y/o potencial de la violencia como forma de alcanzar sus reivindicaciones. Dicho primitivismo constituye una negación absoluta del Estado de Derecho e impide que los grupos que la practican sean percibidos como alternativas serias y dignas de reconocimiento.
3.-        Anclaje ideológico que niega la evolución del mundo y el arribo del siglo XXI.- La década de los años 80 constituyeron el punto máximo de desarrollo de la vertiente política de la izquierda peruana. La década de los 80 es sin duda alguna el lugar idílico, que no existe más. Actualmente existen problemas y desafíos derivados de la globalización económica, el derrumbe de las ideologías estatizantes y comunista en sus países de origen. China y la Ex Unión Soviética, las cunas del comunismo mundial, actualmente están en proceso de consolidación del viraje ideológico y económico que emprendieron en la década de los 90. La desaparición de la vieja dicotomía derecha/izquierda ha sido reemplazada por el debate autoritarismo/democracia y la amenaza de regreso del Estado liberal que esta vez demanda el relajamiento de la protección de los derechos humanos de primera y segunda generación.

¿Qué tienen de positivo los movimientos de izquierda? Su declarada hegemonía y compromiso en el quehacer inherente a la defensa de los derechos humanos. Sin embargo, lamentablemente esto se vincula únicamente con la labor de las ONGs. A diferencia de quienes critican el que el sector caviar se dedique al negocio de los derechos humanos, debemos señalar que en una sociedad como la peruana es importante que los derechos humanos adquieran visibilidad y controversia en el debate público, y de ello se encargan las ONGs caviares. Dicho aporte debe ser destacado y defendido. Asimismo, en un país como el nuestro, donde se ha documentado la existencia de más de 800 pasivos ambientales es importante la labor orientada a defender un uso sostenible del ambiente y una explotación minera que sea compatible con los estándares internacionales. En la medida en que existen intereses por desarrollar el país, se debe llegar a un acuerdo sobre el modelo de sociedad que queremos, que no se base en la mera imposición ni en el menosprecio de los humildes habitantes de las poblaciones adyacentes a los lugares donde mora la riqueza minera. Es importante el defender que un modelo de desarrollo no tenga como presupuesto la idea según la cual para alcanzar el bienestar de la mayoría se pueda o deba pasar por los derechos de las minorías. Es así que la actividad de la izquierda peruana sí tiene aportes importantes que deben ser incorporados al proyecto del Perú futuro.

Sin embargo, los defectos que considero persisten en la izquierda peruana hacen imposible el que el triunfo de Villarán sea visto como un elemento favorable en la construcción del Perú cuyos elementos se prefiguran en la actualidad.

El triunfo de Villarán amenaza con catapultar a los grupúsculos retrógrados, autoritarios y violentistas que hoy en día se han cobijado en la izquierda de la política peruana. Por el signo de su discurso, por la desfachatez e insolencia con que pretenden imponer sus argumentos en base a la obsecuencia y amenaza, es del todo imposible admitir que ellos sean controlados. Antes de la nefasta alianza ellos no han renunciado a ninguna de sus banderas y prácticas ¿Podemos esperar que en un escenario electoral de triunfo dichos rasgos decaigan? Lo dudo y de dicha incertidumbre es que a mi entender, es imposible extender un voto a favor de la candidatura de Susana Villarán, una honesta mujer que ha revelado una gran incapacidad para poder sentar las bases de un auténtico proyecto político de izquierda, tal cual lo demanda el Perú del siglo XXI. Anticipando el que no estamos descaminados en nuestras disquisiciones, la propia Susana Villarán ha evitado en todo momento hacer un deslinde claro y expreso sobre el porqué de la Alianza con Patria Roja y el cómo se ejercerán desde la Municipalidad Metropolitana el poder que actualmente tienen las municipalidades, en caso que Patria Roja reclame el precio de la Alianza –que por otro lado, claramente no era necesaria por la insignificancia electoral de dicho grupúsculo, verdadera bacteria perniciosa, esto es, diminuta en términos cuantitativos, pero cataclísmica en el daño que genera.
¿Porqué Patria Roja ha apostado con Villarán? Del mismo modo que Humala ve en Villarán la oportunidad de vencer la resistencia del electorado limeño a su discurso, Patria Roja ve en Villarán la posibilidad de una victoria que sustituya o atenúe su indudable fracaso frente al Ministro Chang. El control de los colegios municipalizados es el verdadero botín al cual aspira Patria Roja, sabedores que en términos electorales no significan absolutamente nada, pero conocedores valetudinarios de las formas más eficaces de frenar reformas e impedir que se ejerza un control sobre la calidad educativa de sus prosélitos. Es por ello que un triunfo de Villarán puede representar un concreto factor de retroceso en los relativos y parciales avances que se han operado en la educación peruana ¿Se imaginan a Nílver López decidiendo sobre lo que debe o no promoverse desde el sitial que le otorgaría un eventual triunfo de Villarán? ¿Se imaginan los baratos alardes a los cuales recurriría el ex comandante tratando de envanecerse gratuitamente por una eventual victoria que en nada le sería deudora?

Es así que considero que ambas contendientes tendrían en principio, similares elementos por los cuales uno se sentiría dispuesto a votar por cualquiera de ellas. Sin embargo, la candidatura de Susana Villarán ha recurrido al auxilio de un grupúsculo cuyos antecedentes y realidad constituyen una amenaza clara, un patente peligro de dinamitar la educación peruana.

Lo referido no constituye en modo alguno para nosotros el preludio para el ejercicio de convertirnos en futurólogos: nadie podía prever que Alan García sería presidente por Segunda vez, que Fujimori fuera a convertirse en lo que es y que Susana Villarán fuera -por la conjunción de afortunadas y extrañas circunstancias-, la abanderada de una prensa y medios que también intentan plasmar su reino de la “dicta-blanda”.

Simplemente he creído honesto exponer el porqué mi voto irá por Flores Nano. En política es siempre mucho más saludable el honrar a alguien que a pesar de hallarse en la orilla opuesta al del credo personal, ha sido capaz de “sudar la camiseta” por construir desde su perspectiva una idea de patria, y si algo nos ha enseñado la política peruana en los últimos veinte años es la necesidad de una vez por todas, de no enrostrar las diferencias como defectos capitales pero tampoco a apoyar a alguien que por su unión con un grupo que sí es un lastre para el quehacer político decente y constructivo, termina apareciendo como un caballo de Troya que alberga en su interior un pensamiento que interpreta al Perú según los esquemas y conceptos de la década de los 70 y mediados de los 80.

Quienes creemos en la democracia apostamos por la institucionalidad y fortaleza de los partidos políticos como un medio de educación y dirección política, consideramos que en política es mejor encarar a un rival debidamente preparado que otorgar nuestro voto a una aventura política cuyo transitorio éxito descansa en un conjunto de circunstancias mudables y que no refleja un trabajo político que confirme la existencia de un partido político que ayude a construir la institucionalidad democrática que hace falta consolidar para que la democracia peruana no se vea amenazada por los caudillismos, la corrupción y la disgregación.