jueves, 25 de agosto de 2011

IMPUESTO A LOS RICOS: ¿SARKOZY Y BERLUSCONI, COMUNISTAS?

Víctor Manuel Castillo Sánchez


El diario “La República” en su edición de hoy (Jueves 25 de Agosto del 2,011) en su página 17 (Sección “Mundo”), nos trae la siguiente noticia “Ricos pagarán más impuestos en Francia”, donde se refiere:

-           El gobierno francés subirá los precios del alcohol, cigarrillos y refrescos.
-           Las horas extras ya no serán computadas para efectos de deducciones fiscales.
-           Se imitará el modelo alemán, que cobra más impuestos a las plusvalías.
-           Se impone un impuesto del 3 por ciento sobre las fortunas que perciben más de 500,000.00 euros al año.
-           Un aumento del 12,3% al 13,5% de las contribuciones sociales en las rentas de capital, con el objetivo de alcanzar “la reconciliación de la tributación de las rentas del trabajo y las de capital”
-           Asimismo, se apunta hacia el incremento de la presión fiscal y sobre algunas rentas de capital y sobre las ventajas fiscales de ciertas inversiones inmobiliarias destinadas al sector servicios.

Sin embargo, lo destacable de la noticia no constituye dicho conjunto de medidas, sino que ha sido antecedida por una declaración de los representantes de las dieciséis mayores fortunas de Francia, que suscribieron una declaración donde pidieron al Gobierno que les impusiera un impuesto especial “para contribuir a salir de la crisis que vive el país”. Dichos representantes son el presidente de la transnacional L´Oreal y máximo accionista, los patrones de la petrolera Total, el grupo hotelero Accor, el grupo alimentario Danone, el banco “Societé Générale”, el operador de comunicaciones Orange, Air France-KLM y el fabricante de autos Peugeot-Citroën, entre otros.


Aunque es cierto que en términos económicos el impacto será limitado en relación al objetivo planteado, no es menos cierto que el efecto simbólico es importante: Ha sido un gobierno de derecha, esto es, el tradicional enemigo de toda reforma que ataque a los grandes intereses, el que ha impuesto dicha medida y asimismo, ha sido el conjunto de los integrantes más representativos de la plutocracia francesa, quienes de antemano habían aceptado la necesidad de un impuesto que los grave.
¿Esquizofrenia? ¿Vocación suicida? ¿Altruismo desopilado? En lo absoluto. Se trata simplemente del reconocimiento de un hecho concluyente: cuando llueve, todos deben mojarse y no hay porqué pretender que frente a la coyuntura internacional el paraguas estatal se abra únicamente para proteger a cierto sector y deje desprotegidos al resto. Aunque es cierto que la medida tendrá un impacto inocuo respecto a las grandes metas que se ha impuesto el gobierno francés para hacer frente a un escenario económico internacional desfavorable, no es menos cierto que lo que llama la atención poderosamente es la declaración conjunta de la plutocracia francesa en aceptar y solicitar dicha medida.
Lo ocurrido en Francia e Italia debe servir de ejemplo para acallar de una vez a los asalariados voceros de las grandes fortunas en el Perú, los cuales con estridencia y ramplonería no dejan de intentar “aleccionar” sobre lo cuestionable, antieconómico, chavista, comunista -y demás idioteces por el estilo-, que resultaría la imposición en el Perú de medidas que se explican y justifican incluso desde la más estricta perspectiva de una economía de mercado y que obedecen a la necesidad de todo gobierno de cumplir su agenda política y de preservar la estabilidad económica, estabilidad cuyos beneficiarios deben ser la totalidad de una nación y no sólo el sector acomodado de ella.
Se ha impuesto en la historia y práctica de las teorías económicas el vocablo “modelo”, refiriéndose a una cierta perspectiva del rol que deben cumplir el conjunto de los agentes económicos y el norte hacia el cual apunta dicho constructo en la búsqueda de ciertos objetivos, todos los cuales asumen como presupuesto la racionalidad inherente a la economía. Lo que se ha obviado es el hecho referente a que por lo general es el entorno político el que demanda la asunción de un cierto interés como el elemento decisorio a partir del cual se va a implementar un conjunto de medidas. Y es así que al lado de cada modelo encontramos una cierta ideología y sobre todo, a una cierta imagen de sí misma de la sociedad en la cual dicho modelo se implanta. ¿El gesto que tuvo un empresario chileno de querer fomentar la donación de importantes sumas a los mineros atrapados, ha sido imitado en el Perú? ¿Tendrán los plutócratas franceses seguidores en sus pares peruanos? El diario "Correo" habla hoy día de un mensaje que signifique un “shock de confianza”, pero lo que ocurre en Francia nos señala algo claro e ineludible: ¿Las más grandes fortunas e intereses peruanos darán una señal similar a la emitida por las grandes fortunas de Francia? ¿Solicitarán ellos al gobierno del presidente Humala que frente a la próxima recaída de la crisis internacional, ellos también participen mediante un gesto de “ponerse la camiseta”?

En fin, frente a lo ocurrido ¿Los asalariados voceros de las grandes fortunas dirán que Sarkozy es un chavista, y que Silvio Berlusconi (quien en Italia impuso un impuesto especial de 10% a los más ricos, denominado “impuesto solidario”) es un rojo infiltrado en la cúspide económica europea?

Aunque es perfectamente posible que lo ocurrido en Francia e Italia se corresponda con la puesta en práctica del viejo adagio de “cambiar un poco para que finalmente, no cambie nada”, ello nada quita a lo que contribuye el gesto de los plutócratas franceses con la construcción de una sociedad un poco más justa o siquiera ideológicamente más solidaria: “debemos emitir nosotros una señal de fe y compromiso con el conjunto de la Nación”. Se trata, claro está de un publicitado y bien meditado “shock de confianza” de la clase empresarial gala, en un proyecto de largo horizonte. Eso es lo que nos refleja como una sociedad del tercer mundo y a Francia como un país del primer mundo. ¿Acaso en alguna ocasión las grandes fortunas e intereses en el Perú asumieron un compromiso semejante? Claro que no, pues lo obtuso y limitado de su perspectiva siempre pasó por asumir que el crecimiento económico se debe interpretar exclusivamente como el atiborramiento de sus bolsillos a costa de salarios reducidos, derechos laborales recortados, exenciones fiscales y la difusión de la “flexibilización laboral” como única forma de capear la crisis, sin que al mismo tiempo se apostara por medidas de fomentar el crecimiento y desarrollo social. En cambio, sí han estado prestas para aceitar conciencias para que desde la tribuna periodística y congresal sus lacayos clamen por el respeto a la sacrosanta “inversión privada”, y para desembolsar fondos para importar e impartir escoria desde la prensa escrita y televisada, tal cual se ha visto en el reciente proceso electoral.

Preguntémonos entonces si los plutócratas peruanos y las grandes fortunas serán capaces de emitir un “shock de confianza” en el sentido en que ya lo ha efectuado los ricos de la Nación que dio a la Humanidad los derechos del hombre y del ciudadano como patrimonio universal e imperecedero. Quienes quisieron arrinconar al entrante gobierno desde que se conoció que la candidata-testaferro del jefe de la década infame había fracasado en su intento, esas fortunas beneficiarias de las políticas de Alejandro Toledo y Alan García, cuando la crisis toque nuevamente las puertas de los hogares peruanos ¿También solicitarán que se les imponga un tributo especial para contribuir a salir de la crisis que viva el país?

En fin,

¿Habrán aprendido?

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