sábado, 17 de septiembre de 2011

FALSOS Y MENDACES CIUDADANOS: LA FALSA DEMOCRACIA DEL DIARIO “CORREO”.

Víctor Manuel Castillo Sánchez.


En lo que parece haberse convertido en una costumbre perversa, el diario “Correo” agrede a la verdad y buena fe de sus lectores, pero esta vez no mediante la mazamorra de lugares comunes que tan dilectamente prodiga su director Aldo Mariátegui. Esta vez el director del diario “Correo” ha invitado a un personaje: Gonzalo Zegarra Mulanovich (quien se presenta como “Director de Semana Económica”) Pues bien ¿Quieren saber el talante intelectual de quien ocupa dicho cargo?

Veamos. El columnista invitado escribe hoy día (Sábado 17 de Setiembre del 2,011) un artículo titulado “La falsa democracia”, donde alega algo concluyente: la promulgación de la ley de consulta previa, la sesión del Congreso de la República en Ica y la propuesta del Ministerio de la Mujer para fijar cuotas de género obligatorias en la Administración Pública constituyen medidas que aunque tengan apariencia de democráticas, en realidad constituyen ejemplos de todo lo contrario a ella.

La ley de consulta previa es un instrumento de manejo de conflictos que ha sido incluso materia de una regulación internacional. El Convenio Nº 169 de la OIT (convenio suscrito por el Estado peruano) demanda la implementación de dicha ley de consulta previa. Asimismo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en numerosas sentencias ha ratificado la necesidad de implementar mecanismos de consulta directa y vinculante a las poblaciones originarias donde se desarrollan inversiones mineras.

¿Cada país o Estado donde se aplique la Consulta previa prevista por el Convenio Nº 169 de la OIT  está amenazando la forma republicana de gobierno? Siguiendo la lógica del limitado artículo ¿En cada mesa de diálogo instalado por el gobierno aprista y en la aprobación de las normativa administrativa que demandaba una consulta a las poblaciones, se estaba destruyendo la democracia?

Lo que oculta el columnista invitado es que en los países donde se han configurado los conflictos por los recursos naturales, las formas tradicionales de representación política han cedido paso a nuevas formas de interacción política entre las poblaciones y administraciones locales con el gobierno central, porque se ha comprobado que ciertas formas de legitimidad democrática deben ser renovadas para actualizarse a un contexto mundial globalizado y con cada vez mayores carencias de recursos. Las comunidades han aparecido con legitimidad frente al Estado y a las empresas, y ello no es antidemocrático ni lesiona el principio republicano de la forma de gobierno. Dichas experiencias están reseñadas en el trabajo de Stephen Tyler “Conflicto y colaboración en el manejo de los recursos naturales”. Capítulo 14, y abarcan a diversos escenarios y países del planeta. El autor no ha leído a Ferrajoli ni parece conocer lo que se denomina “Derechos colectivos” con la literatura especializada al respecto. En fin, que simplemente demuestra una mayúscula ignorancia y mala fe en el tema.

Asimismo, cuando Gonzalo Zegarra Mulanovich sostiene que las denominadas “cuotas de género” son contrarias a la democracia, porque el humalismo las promueve, deja de lado el origen y finalidad de dicha medida. No olvidemos que se trata de un sistema de cuotas que pretende combatir la desigualdad social, esto es, su fin no es impactar en las relaciones políticas –la medida es implantar las cuotas en la Administración, no en la representación Política-, sino sociales y culturales para mejorar la posición que históricamente ha tenido la mujer. Siguiendo la lógica de dicho comentarista ¿Deberíamos eliminar las comisarías de mujeres porque sería un error que las mujeres puedan atender mejor sus intereses que los hombres? Lo que se trata de promover es la equidad de género, no irrogar una representatividad que no es puesta en peligro pero que mentirosamente el columnista intenta llamar la atención hacia dicha posibilidad.

La finalidad de las cuotas de género es combatir la discriminación, la cual aunque existente en las leyes en la realidad es incumplida. Por ejemplo, las cifras de feminicidio o crímenes de odio dirigidos contra las mujeres, son dramáticas (Ver cifras del Observatorio de criminalidad del Ministerio Público).

Además de ello, no debe obviarse que el establecimiento de cuotas en la representación política y Administración Pública constituye una medida absolutamente válida y que incluso ha sido adoptada en los países europeos y dicho dato es algo que el mencionado “especialista” debería conocer perfectamente. En Europa lo que aquí tanto critica Gonzalo Zegarra Mulanovich ha sido aplicado en Alemania, España, Dinamarca, Noruega, Suecia, Finlandia y en América encontramos los casos de México, Costa Rica, Paraguay, Chile y Brasil. ¿En todos esos casos el establecimiento de cuotas ha atentado contra la forma republicana de gobierno o ha significado un desfase o destrucción de la democracia?

Asimismo, el año 1999 en Francia se estableció la “Ley de paridad de representación por sexos” obligando a los partidos políticos a formular las candidaturas aplicando el principio “un hombre, una mujer”, estableciendo asimismo, sanciones económicas para los partidos que incumplieran dicha normativa. Dicho principio paritario en el país que dio al mundo los derechos del hombre y del ciudadano como aporte universal para el devenir de la historia universal ¿Constituye entonces un ataque contra la forma republicana de gobierno y la democracia en el país de Voltaire, Diderot, los enciclopedistas y la Revolución de 1789?

Es patético que alguien que por el puesto que ocupa debería mostrar un  mayor conocimiento de un manejo multidisciplinario, finalmente haga gala de tamaña y descomunal ignorancia y se constata que el sector que perdió las elecciones, aun destila por la herida, y no tan calladamente intenta sobrellevar dicha tragedia.

Parece ser que el columnista invitado Gonzalo Zegarra Mulanovich es pródigo –al igual que el director del diario correo- en apelar a la ignorancia de gran parte de la sociedad peruana para destilar ramplonería y mentiras, con el único fin de consolarse de una derrota por la cual aún se lamen las heridas. Lo que hacen claramente no es honesto, ni democrático ni intelectualmente valedero. Se trata entonces, pues, conciudadanos, de una camarilla, un grupete que quiere adquirir carta de ciudadanía en talento intelectual apoyándose únicamente en los patéticos niveles de ignorancia de nuestra población víctima de nuestro deficiente sistema educativo.

Precisamente los datos históricos están ahí, concluyentes para contradecir dichos intentos de engañar a la buena fe de sus lectores.

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