jueves, 18 de agosto de 2011

¿ES URGENTE EL SENADO EN LAS ACTUALES CIRCUNSTANCIAS?


Víctor Manuel Castillo Sánchez

El presidente de la Comisión de Constitución, el congresista Freddy Otárola a anunciado la puesta en agenda del regreso del senado. Ha afirmado que la restauración del senado es necesaria:

“Sé que en este tema estamos andando en un campo minado y tenemos a una opinión pública quizá en contra, pero tenemos que asumirlo y ser firmes. Creo que el Congreso y la Comisión de Constitución no deben dejarse guiar por las olas coyunturales de la opinión pública” (Diario “Correo” del día Miércoles 17 de Junio del 2,011. Sección Política y Economía. p. 4)

Por tanto, según las palabras del personaje, el restablecimiento de la cámara de senadores constituye una demanda perentoria e ineludible, cuya implementación parecería urgente y por ello es que anuncia que es capaz de ir contra la corriente del mayoritario rechazo ciudadano hacia dicho intento. Explícitamente anuncia que a pesar de la marea de descrédito del Parlamento, el Poder Legislativo debe imponerse a la voluntad ciudadana. En otras palabras, Freddy Otárola nos dice con visión casi profética, que el Perú necesita una cámara de senadores y que ello legitimaría tales intenciones.

Frente a ello podemos argumentar las siguientes consideraciones:

1.-       Desde la aprobación de la Constitución de 1993 a la fecha, ha quedado claro que la deficiente actuación del Poder Legislativo ha dependido esencialmente de problemas inherentes a nuestra limitada cultura política democrática: carencia de transparencia en la percepción y gastos de fondos partidarios en los procesos electorales, deficientes y casi inexistentes mecanismos de sanción para los casos de nepotismo, propagación de arreglos contrarios a la ética como parte de los acuerdos políticos entre las distintas bancadas, la existencia de cúpulas partidarias que usan a los partidos como una forma de acceder a status de vida del cual serían excluidas por su deficiente nivel académico y profesional, agresión a la ley de partidos políticos y con ello, limitación a los derechos de los militantes, etc.

2.-       Es así que una propuesta de regreso al bicameralismo debe ser antecedida por un notorio mejoramiento de la labor parlamentaria, de tal modo que dicho restablecimiento cumpla el fin esencial por el cual existen los senados: convertirse en la voz viva de la conciencia nacional, en el órgano dirimente de las grandes decisiones de la Política Nacional. ¿Acaso ése es el actual contexto?

3.-       Si bien es cierto que la instauración del bicameralismo permite organizar mejor la labor legiferante en medidas de orden cotidiano y las de dimensión o trascendencia nacional, la historia nos confirma que el problema no reside tanto en la forma como se organice el Poder Legislativo, sino en que al mismo acceden sujetos cuestionables, caracterizados por una notoria mediocridad, figuretismo y proclives a las componendas y arreglos propios de los actos de corrupción. Debemos dejar en claro que en el actual Parlamento sí existen personajes honestos y legítimo orgullo de sus familias y sociedad peruana, pero ellos no constituyen la mayoría ni marcan la tónica en el quehacer parlamentario.

Sin embargo, consideramos que una forma práctica de adoptar medidas que permitan mejorar el desempeño del parlamento, revinculándolo a la sociedad peruana y fortaleciendo su vigencia, puede empezar por las siguientes:

a.-       Colocar cámaras web conectadas a Internet para que cualquier estudiante universitario, escolar y gente de la calle, pueda entrar a una cabina y verificar cuál es el grado de sabiduría, dedicación honestidad y transparencia de los sujetos integrantes del susodicho grupo de trabajo. Para implementar ello no se requieren de grandes fondos públicos, sino de la contratación de algo que debe ser financiado con los fondos que se han asignado a los Congresistas. No olvidemos que ellos son empleados públicos y que por el cargo y poder que ostentan la ciudadanía tiene el pleno derecho de acceder en tiempo real a dicho sistema, perfeccionando así la vigencia del principio democrático.
            No es justo ni democrático que el ejercicio del derecho de la ciudadanía a estar informada del empleo del tiempo, recursos y personal del Poder Legislativo pase por el pago a la televisión por cable.
            De ese modo, además, acercaríamos a la población el debate parlamentario en cada decisión de gran trascendencia, permitiendo a la ciudadanía compenetrarse de la dinámica parlamentaria y consolidar una posición al respecto.

b.-       Las facultades de Derecho, gremios sindicales y empresariales pueden “adoptar” a cada parlamentario para verificar la manera como ejercen el encargo de representación a Congreso. En ello confluyen la ley de transparencia y el juramento que han asumido los congresistas ante la Nación peruana. Sólo se trataría de publicar los indicadores de la labor de cada congresista: asistencia, mociones presentadas, el acta de debates de su intervención en el pleno, el sentido de su voto frente a cada propuesta debatida, si ha visitado o no a su circunscripción electoral y si ha presentado la correspondiente sustentación de gastos. Más vale prevenir que lamentar.
            No olvidemos que los gastos operativos que perciben los congresistas no les pertenecen sino que es de la Nación peruana, y por tanto tienen el deber de rendir cuentas por el mismo.

c.-       Jamás olvidar que la ciudadanía tiene el perfecto poder y derecho de demandar transparencia. Queremos saber las propuestas para que de antemano la ciudadanía conozca y pueda participar de las corrientes de opinión que deben generarse respecto a cualquier tema. No olvidemos sin embargo, que todo parlamentario tiene el perfecto derecho de postular las medidas que considere pertinente. No se trata de instaurar el reino del acoso mediático, sino de perfeccionar la vigencia del principio democrático como una manera de superar el generalizado descrédito de la institución parlamentaria.

d.-       Si el sujeto que está en la presidencia de la Comisión de Constitución dice que el Poder Legislativo está en el derecho y capacidad de sobrepasar la voluntad ciudadana opuesta al regreso del senado, la opinión pública tiene todo el derecho de acceder a los debates, propuestas y mociones que se generan en la actividad de dicha comisión, para aquilatar la calidad intelectual, moral y la vocación de servicio de los integrantes de dicho grupo de trabajo. Ello porque de lo que se trata es de acceder al conjunto de consideraciones que supuestamente demuestren que el restablecimiento del senado contribuirá al mejoramiento de la actividad legislativa en dos temas deficitarios: la calidad de la producción legislativa y el control político.

Lo lamentable de la posición de Freddy Otárola y de las bancadas que lo apoyan es que con su actitud se exponen a un frente de batalla que redituará beneficios al fujimorismo, el cual en este caso sí ha sintonizado bien con el espíritu de la Nación. Si se admite que en la medida en que el actual sistema político no garantiza en lo absoluto que la calidad de la representación parlamentaria mejore con el restablecimiento del senado, está claro que una medida legislativa a favor del restablecimiento del senado puede ser objeto de un referéndum promovido por la bancada fujimorista con el previsible resultado de un mayoritario rechazo, el cual terminaría por convertirse en una derrota política para la democracia.

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